Lunes 13 de Febrero de 2023 – Evangelio según San Marcos 8,11-13

miércoles, 8 de febrero de

Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Jesús, suspirando profundamente, dijo: “¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo”. Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

 

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

 

 

Queremos comenzar una nueva semana haciendo un propósito para que Dios se haga presente en nuestras vidas, para ser dóciles a lo que el Espíritu Santo nos quiere ir mostrando. Por eso disponente para que tu vida sea así realmente, para que puedas dejar que Dios actúe. Fijate que la clave de la paz, de la alegría, es la oración, es la relación con Dios. La clave es descansar en un Dios que acompaña nuestra vida, por eso dejate acompañar a cada lugar, en cada cosa, en cada situación. Dejate acompañar porque, claro, el Espíritu Santo así lo hace si uno abre el corazón.

Compartimos hoy un Evangelio cortito pero bien concreto. El Señor reprocha la dureza del corazón de los fariseos, ellos buscaban un signo y Jesús les responde. Por eso te invito a que meditemos un par de puntos que nos pueden ayudar en nuestra oración de hoy.

En primer lugar, Dios te tiene paciencia. Fijate lo que dice la palabra, eh. Que los fariseos hacen suspirar profundamente a Jesús. Qué loco esto, ¿no? Es interesante detenerse en los suspiros de Jesús porque muchas veces nosotros, vos y yo, hacemos suspirar a Jesús por nuestra falta de fe, por nuestras inseguridades, por nuestro poco compromiso. Al Señor le duele todo esto. Cuántas veces vos y yo esperamos signos para creer también. como los fariseos, pedimos signos y más signos pero no es porque no nos lleguen los signos. Acordate que la fe no es algo mágico, a veces no queremos aceptarlos, no queremos reconocerlos y miramos hacia otro lado. Decimos “Señor, que se haga tu voluntad, pero que tu voluntad sea la mía”. Entonces, no busques los milagros de Dios sino al Dios de los milagros. No, no podemos andar por la vida poniéndole condiciones al Señor. O estamos con Él, o lo seguimos o no lo seguimos, y por eso es lindo que la Palabra de hoy toque nuestro corazón, que haga un cambio en nuestras vidas, que el Señor siga estando ahí. Porque Él va a estar ahí, nos tiene paciencia. Que el Señor nos haga crecer en la comunión con Él, enamorate de Jesús y vas a ver cómo te cambia la vida.

En segundo lugar, creele a los demás. Lo mismo que hacemos con Dios muchas veces lo hacemos con nuestros hermanos: “hasta que no vea el cambio no voy a volver a confiar en vos, hasta que no me demuestren no te voy a perdonar”. Cuántas veces demorámos el perdón, las segundas oportunidades, demoramos en volver a empezar porque no vemos un signo. Somos desconfiados a veces y uno no siembra porque no ve frutos, ¿no? Bueno, qué importante que sería que desde Dios vuelvas a confiar, pensar en esa persona que te defraudó y que te pidió perdón y que te mostró arrepentimiento y empezó un proceso de conversión. Vos también, qué bueno que empieces a sembrar de nuevo, confía en los demás. Aunque no veas frutos, aunque tu jefe no cambie, aunque tu esposo, tu esposa tenga eso, aunque tu hijo te mienta. aunque tus amigos ya no estén con vos… ¡seguí sembrando! Aunque las cosas parezcan mal, seguí sembrando. Aunque el mundo te trate de tonto, vos seguí sembrando. Seguí el Evangelio, seguí la alegría de saber que Dios está detrás de cada una de nuestras decisiones.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.