Lunes 18 de Mayo del 2020 – Evangelio según San Juan 15,26-27.16,1-4a

viernes, 15 de mayo de
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.

Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho.»

 

Palabra de Dios

 

Padre Andrés Riveros sacerdote de la Diócesis de San Juan

Queridos hermanos y hermanas un lunes más que la gracia de Dios nos permite encontrarnos en torno a su Palabra. Pedimos con fuerza que el Espíritu Santo venga sobre nuestra mente y nuestro corazón y nos haga palabras vivas de Dios para nuestros hermanos.

“Ustedes serán mis testigos” nos dice Jesús en el versículo 27 del capítulo 15 de Juan hoy compartimos. Si hay algo que siempre me enamoro del seguimiento de Cristo es que nunca nos mintió, no quiso convencernos con un marketing de éxito ni de poder, nos propuso su amistad con las cartas sobre la mesa. Más me enamoro el que no solo nos habló de un camino estrecho, de sacrificio, de amor entregado, de renuncias y persecución, de darlo todo… sino que Él mismo lo recorrió primero y lo sigue recorriendo a través de su Espíritu en cada hombre y en cada mujer que decide vivir de cara a Dios y a sus hermanos dando testimonio del Resucitado.

“Ustedes serán mis testigos” La verdad de Cristo se abre paso como una poderosa luz que disipa las tinieblas y al mismo tiempo las molesta y las inquieta. Inevitablemente, quien toma la antorcha de Cristo será incomprendido, marginado e incluso suprimido. En nombre de lo moderno, de la liberación de los tabúes, del vale todo y hasta en nombre de los mismos Derechos Humanos se persigue y se echa un manto de oscuridad y de intriga sobre la Iglesia de Cristo dando paso a una supuesta “nueva era” donde el ideal de vida no es ya el amor ni Jesús el Salvador.

“Ustedes serán mis testigos”. Jesús nos promete la fuerza y el consuelo de su Espíritu. El testimonio no es fruto de nuestros méritos y virtudes sino de la gracia de Dios en nosotros. Por esto nos proponemos, desde la oración de cada día, ser humildes y no caer en victimismo, a dar testimonio con firmeza y orgullo aunque sin pretender aplausos ni privilegios, a amar a todos “también a quienes nos persiguen” sin favorecer ningún deseo de revancha, a poner por sobre todo la confianza solo en Dios y en el poder de su Espíritu.

“Ustedes serán mis testigos”. Recordamos para terminar aquella gran enseñanza de Pablo VI “el mundo de hoy tiene más necesidad de testigos que de maestros”. Y en esto estamos juntos!!! Buen lunes y que el Señor los bendiga mucho!