El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”. El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.
En este Lunes 20 de Diciembre, la palabra de Dios nos resuena en nuestro corazón tomada del evangelio de San Lucas
La palabra proclamada nos acompaña en este Lunes y nos va acompañando a lo largo de esta semana tan especial para todos nosotros los cristianos.
-Vamos camino hacia Belén, vamos camino hacia la navidad.La expectativa del corazón comienza a hacerse sentir con más fuerza. Vamos como los pastores, en busca de aquel que vendrá a salvarnos. Vamos como los reyes, en busca de aquel que será la luz que viene a iluminar a todos los pueblos.
Hoy, la palabra no presenta a María, como aquella mujer, la gran mujer colaboradora con el proyecto de Dios. Aquella mujer que pone todo su ser, toda su feminidad, todo su ser mujer al servicio de un proyecto. De un proyecto que va más allá de su proyecto personal, un proyecto que busca nada más, ni nada menos, traernos, acercarnos, la vida de Dios. Hacer presente la vida de Dios, en su propio hijo, nacido de sus entrañas.
Por eso, que nuestro corazón vaya preparándose, vaya latiendo un poco más fuerte en estos días con esa expectativa, esa ansiedad de celebrar siempre con un corazón renovado la navidad.
Que María en este camino hacia Belén también sea nuestra compañera. Que María sea aquella que nos inspire a preparar el corazón para celebrar la navidad que ya se acerca.