Lunes 20 de Junio de 2022 – Evangelio según San Mateo 7,1-5

lunes, 6 de junio de
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Jesús dijo a sus discípulos: No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Deja que te saque la paja de tu ojo’, si hay una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

 

 

Palabra de Dios

Monseñor Ricardo Seirutti | Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

 

El evangelio de este lunes Jesús nos dice “no juzguen y no serán juzgados”. No juzguen para no ser juzgados porque con el criterio que juzguen se les juzgará a ustedes, la medida con la que midan se usará con ustedes.

¡Que fácil nos es juzgar al otro! Y cuando juzgamos al otro, seguramente nos justificamos nosotros “¡bueno! a mi me pasa algo parecido”. “O tengo otra cosa pero … “es menor”.

Siempre es mayor en el otro, siempre lo veo más grande en el otro. Y Jesús me dice: “no juzguen para no ser juzgados”. Aprender a mirarme. Aprender a mirarme con sencillez, con mucha sencillez y descubrir esa “viga” que dice Jesús que hay en mi ojo que no me deja ver aquello que realmente soy, o me ocurre, o me acontece, mi pecado.

¿Cuántas veces cuando yo miro mi pecado empieza a mirar con amor, con misericordia al otro? Porque digo: Bueno, si a mi me pasa esto …

Y esa es la actitud de Jesús, eso es lo que quiere Jesús, que mirándome yo, aprenda a ser misericordioso con los demás y seguramente así voy a aprender a ser bondadoso también con aquel pecado que tenga, aquella falta, aquella falla, aquello que no gusta de mí pero que sin embargo lo vivo.

Qué bueno aprendamos, como seres humanos, como cristianos, como hermanos, a no juzgar tanto del otro, sino, a mirarlo desde mi, desde mi corazón. Que al fin y al cabo yo también tengo estas cosas, a mí también me pasa “estás”
¿Por qué tengo que jugar al otro? y más bien tendría que comprenderlo y amarlo tal cual es, porque así me gustaría que me amen a mi. Esa es la medida.

Que Dios los bendiga.

Bueno, hasta el lunes.