Lunes 21 de Agosto de 2023 – Evangelio según San Mateo 19,16-22

jueves, 17 de agosto de
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Luego se le acercó un hombre y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”.Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”.”¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.El joven dijo: “Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?”.”Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”.Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

El evangelio de hoy nos hace encontrarnos con una preocupación fundamental que le presentan a Jesús. Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Se me ocurre que este pasaje, si nos tomamos un momento de oración en serio, verdadero, con buena disposición del corazón, de los tiempos, de los espacios. Acordate que hoy es feriado así que tenés tiempo. Esto nos puede ayudar a hacer una especie de retiro espiritual, a contemplar al Señor en aquello que la palabra nos va mostrando. Por eso te invito a compartir un par de ideas que quizás te puedan servir para hoy.

En primer lugar la pregunta por la felicidad. Es un anhelo que tenemos todo el tiempo porque está escrito en nuestros corazones. Hay gente que no sabe lo que es la felicidad, gente que a lo mejor confunde la alegría de un momento con felicidad cuando en realidad es algo mucho más profunda la felicidad. La felicidad es un estado, una disposición de todo nuestro ser, Es estar plenos, colmados y con paz en el corazón. Cuántas veces nos encontramos con personas que buscan paz, que por ahí no dan más, que piensan que están saturados y que lo único que quieren es tomarse unos días de vacaciones en algún lugar del mundo y ya está, y no tener problemas. Y la realidad, vos bien lo sabés, ya está a altura del partido, que la paz no tiene que ver con la ausencia de problemas, sino con una certeza que es estable, la de saber para qué estoy en esta vida, la de encontrarle un sentido a mi andar día a día. Por eso un lindo criterio para discernir es preguntarse por el algo más. ¿Qué significa esto? Bueno, por ahí tenés todo lo que querés en la vida pero sentís que algo te está faltando. Ese sentimiento de que todavía hay algo que no está es el deseo de Dios que siempre te está orientando hacia él. Por eso acordate lo que dice san Agustín, nos hiciste señor para ti y nuestro corazón no va a descansar hasta que repose en ti. Por eso, ¿cómo viene tu pregunta? ¿Te sentís pleno hoy? No importa cuál sea tu estado de vida, la importante es saber hacernos las preguntas, no busques todo el tiempo la respuesta, porque Dios misteriosamente se va manifestando no en las respuestas sino en las buenas preguntas.

Por último, aprendí a elegir en serio. Este joven que se acerca a Jesús tenía la preocupación por ir al cielo, se quería salvar. Creo que es lo que nos pasa a todos. El señor entonces le plantea el cumplimiento de los mandamientos como una hoja de ruta y parece ser que este joven de verdad los cumplía, pero los cumplía no comprometiéndose a fondo sino desde el cumplimiento. Entonces el Señor le dice bueno si querés ser perfecto anda, vende todo lo que tenés y dáselo a los pobres. Y la palabra dice que se fue entristecido este joven porque poseía muchos bienes o por lo menos creía poseerlos. Creo que esto nos puede ayudar a la hora de seguir eligiendo al señor, sea cual sea tu estado de vida, seas casado, casada, religioso, religiosa, cura o si todavía estás buscando cuál es tu vocación. Uno no elige porque renuncia sino que renuncia porque elige. Te lo repito: uno no elige porque renuncia sino que renuncia porque elige. Siempre lo primero es la elección. A veces parece que nos cuesta dejar ciertas cosas y es porque estamos poniendo el acento en la renuncia. ¿Cómo me cuesta dejar tal cosa? ¿Cómo me cuesta hacer tal otra? ¿Cómo me cuesta renunciar a esto? Cuando en realidad lo más importante es la elección.

Profundizá en la elección y pon en tu vida lo que es más importante que es Cristo Jesús y dejá que Él te ayude a ordenar el resto. Pregúntate de qué tenés que desapegarte hoy para de verdad vivir el seguimiento del Señor. Es verdad, cuesta confiar, cuesta poner todo en manos de Dios, el camino, el proyecto, la historia, pero ese desprendimiento es lo que te va a ser verdaderamente pleno, lo que te va a ser verdaderamente libre, lo que te va a ser verdaderamente feliz y lo que te va a regalar la vida eterna.
Que tengas un buen día y que la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañen siempre y te ayuden a discernir. Amén.