Lunes 21 de Diciembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 1,39-45.

viernes, 18 de diciembre de
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María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.

 

Palabra de Dios

Padre Nicolás Houriet sacerdote de la Arquidiócesis de Santa Fe

 

¡Queridos oyentes de Radio María!

Les propongo una meditación para este día Lunes 21 diciembre, estamos cerquita ya de la celebración de la navidad, en esta semana, tendremos lugar a la noche buena y el 25, el día del nacimiento del Señor.

Y nos encontramos ya en estos días propiamente con los textos referidos al nacimiento de Jesús.

Como bien sabemos: la primera parte del Adviento nos habló sobre la segunda y definitiva venida del Señor, pero ahora en estos días, ya desde que iniciamos la novena, tenemos esta mirada más “de pesebre”, más “del Belén” y más de aquellos que escribieron la primera navidad.

Hoy, María visita a su prima Santa Isabel después de haber recibido el anuncio del ángel, esta propuesta que Dios le hacía de convertirla en madre del Salvador, también, juntamente recibe el anuncio de que su prima Isabel está embarazada inmediatamente sale a socorrer a su prima aventajaba en edad, para ayudarla también en el parto

Y es curioso este encuentro porque Santa Isabel al escuchar la voz de María, al escuchar la voz de María y su hijo Juan el bautista en su vientre, ante la proximidad del niño Jesús, salta de alegría en su vientre ¿no?

¡Siempre se habla del encuentro entre estas 2 alianzas! ¡Eh!

Juan el bautista es el profeta y todavía es el profeta del antiguo testamento y Cristo es el gran profeta de Dios, el Hijo de Dios.

Este encuentro entre:

¡Ambas alianzas!
¡Entre Isabel y la Virgen!

Este saludo que va más allá del abrazo que se puedan dar a estas 2 mujeres, ya que creo que de algún modo se abrazan interiormente también, Juan el bautista y Jesús.

Y me quedo con esta frase, que dice:

“Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme”

Si nos pusiéramos a pensar por un momento, este gran acontecimiento, no sólo el de ella, sino  el que celebraremos en esta NAVIDAD

¿Quiénes somos nosotros para que Dios nos visite?

Es cierto que nos ha visitado por la realidad del pecado.
Es cierto que Cristo ha venido al mundo para redimirnos.

¡Pero! entendemos también de que este hecho se repite cada vez que iniciamos un nuevo día, una nueva jornada, Dios viene nuevamente a nosotros.

De hecho en cada eucaristía, recibimos el mismo gesto, de un Dios que despejandose del Cielo, se baja hasta las manos del sacerdote, para ser entregado a los fieles.

Ponernos a pensar en este hecho y en estas palabras:

¿Quiénes somos nosotros para que Dios nos visite?

¿Que tan importantes somos para que Dios, dejando el Cielo, haya querido poner su morada entre nosotros?

¿Que privilegiados somos, para que Dios “humanado” venga a habitar en medio de su pueblo?

Ojalá esto nos ayude a prepararnos mejor, para esta cercana navidad.

¡Que tengan felices fiestas!.