Lunes 26 de Agosto del 2019 – Evangelio según San Mateo 23,13-22

viernes, 23 de agosto de
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“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!

¡Ay de ustedes, guías, ciegos, que dicen: ‘Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale’!

¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: ‘Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.

Palabra de Dios


Padre Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

¡Queridos amigos de Radio María Joven ! El texto del evangelio nos habla de esta discusión que tiene Jesús con los fariseos y con los escribas. Son palabras duras las que utiliza  Jesús en este caso, los trata de hipócritas. Y esto ¿por qué es? Porque dice que se empeñan en buscar y hacer discípulos pero no del mejor modo, ¡lo hacen con engaños, con trampas!. Y esto ¿en qué consiste? Y es lo que nosotros también tenemos que cuidarnos ¿no?, siempre decimos que llevamos todos un pequeño (o corremos el riesgo de llevar) fariseo dentro de nosotros. Y ¿qué es esto? Es justamente mostrar para fuera una realidad pero por dentro es muy distinto.

El Señor lo que no pides es autenticidad de vida, transparencia y coherencia. Dicho con otras formas más sencillas: Nos pide vivir en la verdad que es lo que no hacían los fariseos, los escribas que Jesús denuncia cada rato: ¿cómo pueden por afuera decir una cosa y por la otra vivir con esa incoherencia de vida ¿no?.

Y justo les habla de algo que parece ser muy sagrado que es, el culto del templo de Jerusalén ¿no?. Habla del altar, de los juramentos. Dios quiere que la ofrenda que nosotros le presentamos en cada sacramento, en cada Eucaristía, y en cada oración de todos los días sea nuestra propia vida. Sea las acciones que realizamos, nuestra forma de vivir, nuestros sentimientos, nuestras acciones, nuestras obras… Incluso aquellas cosas también que hacemos mal,
aquellas debilidades y heridas que tenemos Dios quiere que se las presentemos también como ofrenda para que Él pueda sanarnos. No es que Él está esperando solamente lo mejor de nosotros. ¡Dios espera lo mejor y lo peor.! Lo mejor porque hace que el reino de Dios crezca y dar Gloria a Dios. Y lo peor justamente para ser sanados, para ser mejorado, elevado por la gracia de Dios

Nosotros creemos en un Dios que es: ¡Pura Misericordia! Que justamente, esa misericordia que viene del Padre, es derramada a través hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Él nunca se cansa ni de esperarnos, ni de perdonarnos si nosotros somos capaces de acercarnos a Él y justamente, con un corazón sincero. Reconocer nuestras faltas y decir “Bueno, en esto me equivoqué y no estuve bien, quiero empezar de vuelta”. Pero esta actitud es de humildad claramente. Distinto y lo que critica el texto que acabamos de escuchar Hoy. Jesús lo hace con estas palabras tan duras: la hipocresía. ¿no?. Decir: “para ser justo frente a los ojos de Dios” cuando por dentro no se lo es.

Y seamos sinceros ¿quién de nosotros, los seres humanos puede ponerse de pie frente a Dios y decir que no tiene pecado? Todos alguna falta mayor o menor tenemos y por lo tanto es bueno vivir en la verdad, reconocerlo. Le pedimos al Señor con este texto que parece un poco triste o negativo por la crítica, Jesús le tiene que hacer (y con mucho dolor seguramente) a estos fariseos. Pero a nosotros nos deja un lindo testimonio: lo que el Señor quiere es que seamos auténticos que vivamos en la verdad. Que no estemos solamente para las cámaras, para la tribuna, para lo que los demás puedan decir, sino que nuestra relación sea como dice el evangelio según San Mateo: poder ir al cuarto y en lo privado, en lo secreto,  el Padre que nos conoce, es Él el que nos da siempre la verdadera recompensas. Que tengas una linda jornada y que el Señor te bendiga.