Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. Entonces se aproximó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.» Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.» Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre.» Pero Jesús le respondió: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.»
El evangelio de hoy, es de San Mateo y, Jesús, rodeado de mucha multitud, le pide a los discípulos que crucen a la otra orilla. Pero cuando llegan uno se acerca y es un escriba, y le dice: maestro te seguiré adonde vayas. Jesús les dice que el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza, les está indicando como es el seguimiento de Jesús, podríamos decir que es “todo terreno”.
Entonces, otro de los mismos discípulos, le dice, “Señor permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre”, y Jesús le dice: “sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos”. El seguimiento de Jesús, en otros evangelios lo mencionan también, se trata de un “dejar lo que estamos haciendo para seguirlo”, sin despreocuparnos, por supuesto. Loo que sí, el seguimiento de Jesús es radical: El sí es un sí y el no es un no.
Entonces, hoy, en este lunes 27 de junio, te invito a pensar cómo estás siguiendo a Jesús. ¿Es recortado mi seguimiento? ¿Es con cuestiones propias y entonces dedico al seguimiento a Jesús en algunos momentos, cuando estoy bien o cuando me acuerdo? ¿O mi seguimiento es radical: Siempre?
Que bueno pensar esto hoy, como cristiano, como discípulo que soy de Jesús, ¿ya he emprendido un seguimiento?, ¿lo estoy caminando con Él? Y si estoy caminando con Él, ¿como lo hago? ¿Desde una opción total de mi vida o recortada? Nos enfrentemos al mismo Señor que me dice: “Sígueme”. Nos sinceremos con Él.
Que Dios los bendiga. ¡Tengan un muy buen día hoy!