Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”.
Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”.
“Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”.
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”
Mis queridos amigos: qué lunes tan especial! Hoy celebramos con toda la Iglesia la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, estas dos columnas de la fe que dieron su vida por amor a Jesús. Hoy rezamos especialmente por nuestro Papa y por toda la Iglesia.
Después de la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo en la que proclama a Jesús como el Mesías, como el Hijo del Dios vivo, el Señor le confia la misión de ser el primer Papa. Pedro será la roca sobre la que Jesús edificará su Iglesia. Nuestra fe no es en Pedro, no es en un hombre pecador y débil, no es en un Papa con más o menos carisma; sino en Cristo, él es nuestra Roca firme, que quiso y que quiere hacerse presente a través de Pedro y sus sucesores para pastorear el rebaño. De allí qué decimos con Santa Catalina “el Papa es el dulce Cristo en la tierra”.
La Iglesia no es una sociedad de libres pensadores, ni una ONG, ni una aduana de la gracia… la Iglesia es la comunidad de los que se unen a Pedro en la proclamación de la fe en Jesucristo. Quien edifica la Iglesia es Cristo, él es quién elige libremente a un hombre y lo pone en la base. Pedro no es más que un instrumento, la primera piedra del edificio, mientras que Cristo es quién pone la primera piedra. Sin embargo, no se podrá estar verdadera y plenamente en la Iglesia si no se está en comunión con la fe de Pedro y con su autoridad, o al menos si no se tiende a estarlo. Como decía San Ambrosio: “Donde está Pedro, allí está la Iglesia”; lo que no significa que Pedro sea por sí solo toda la Iglesia, sino que no se puede ser Iglesia sin Pedro, como aclara el Padre Cantalamessa.
Queridos amigos en estos tiempos de tanta virtualidad hemos escuchado decir tantas mentiras en las redes sociales sobre la figura de Francisco y de sus antecesores:
– buscando desprestigiar el Papado como una mera institución política acomodada a intereses partidarios,
– buscando ridiculizar esa voluntad de Cristo al dejar un hombre al frente de su rebaño y asegurarnos su presencia a través del ministerio petrino,
– buscando conservar “los gustos personales” por sobre el bien de toda la Iglesia olvidando que el Espíritu Santo no se equivoca cuando elige,
– buscando que no podamos escuchar la voz de Dios a través de este dulce Cristo en la tierra que nos guía, nos consuela y nos está invitando a una profunda vivencia del Evangelio.
Que tengan un buen lunes, no dejemos de rezar por el Papa y por toda la Iglesia. Será hasta la próxima! Muchas bendiciones!
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