Lunes 30 de Noviembre del 2020 – Evangelio según San Mateo 4,18-22

viernes, 27 de noviembre de
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Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.

Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”.

Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

 

Palabra de Dios

Padre Gustavo Ballario sacerdote de la Diócesis de San Francisco

 

El episodio del evangelio hoy, es relatado por Mateo pero también lo encontramos en Lucas y Juan con algunas divergencias. Las diferencias que existen entre relatos, se deben a varios factores, entre ellos a que las comunidades destinataria del relato son simplemente diversas.

¿Qué situación pretende iluminar Mateo con este evangelio? A la comunidad cristiana primitiva van entrando junto a aquellos que vienen del judaísmo también quienes vienen del paganismo, ¿como hacer convivir estos dos grupos tan distintos, con odios y prejuicios entre ellos? ¡El escritor del evangelio pretende dar una respuesta a este problema.!

Antes de acudir a razonamientos, el evangelista prefiere acudir al ejemplo de Jesús para dar una respuesta a esta problemática y poder ayudar a la comunidad a superar las diferencias recíprocas.

Veamos algunos puntitos respecto de este centurión: El centurión aunque no pertenece al pueblo de Israel, es extraordinariamente bueno. Si bien es un hombre de guerra,  pero se preocupa de su esclavo. Este hombre pagano aunque tengo algunas ideas no del todo correctas respecto de Dios, respecto al amor al prójimo supera a muchos creyentes. El centurión es humilde, se abaja a mendigar ayuda a los jefes de los judíos y llega al punto de no sentirse digno de que Jesús entre en su casa. Es respetuoso de las costumbres de los judíos, invita a Jesús a no permanecer en su casa, a fin de no quedar contaminado. Muestra una fe tan grande que deja sorprendido a Jesús: “Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande” va a decir Jesús.

Mateo pretende que los cristianos aprendan a mirar con los ojos del maestro, a aquello que no pertenecen al pueblo de Israel,  a aquellos que no comparten sus convicciones religiosas, pretende condenar las actitudes separatistas. Quiere enseñar que, quien vive al margen de la práctica religiosa, también puede realizar buenas obras y estar en sintonía con Dios.

Los israelitas piadoso decían en su oración: “te doy gracias Señor porque no me hiciste pagano”. Jesús cambia esta mentalidad, cree que también en ellos, también  puede trabajar el Espíritu Santo de Dios. ¡Dios ofrece su salvación indistintamente a todos!.

Jesús tiene simpatía con las personas que los justos de su pueblo, miran con desprecio. Es una invitación a reveer nuestro modo de relacionarnos con los “no creyentes”, los no creyentes, que muchas veces en nuestro medio, suelen ser los crecientes que no acuden a las prácticas sacramentales. Son tantas veces, hombres y mujeres comprometidos con el bien de la sociedad, en la institución, en las cooperativas, en las comisiones escolares, en las comisiones de clubes. Demos gracias a Dios, que sigue suscitando la bondad y la belleza, en el corazón de la humanidad.