Lunes 30 de Septiembre del 2019 – Evangelio según San Lucas 9,46-50

viernes, 27 de septiembre de
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Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: “El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande”.

Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros”.

Pero Jesús le dijo: “No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes”.

 

Palabra de Dios

 

Padre Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

La palabra de Dios nos presenta en este evangelio según San Lucas a un niño en el centro que es tomado por Jesús y es colocado allí para dar el buen ejemplo: “el que recibe este niño en mi nombre me recibe a mí”, dice Jesús.

El es el más grande, por eso, la explicación es que hay que hacerse “pequeño” para poder entrar al reino de los cielos y esta es otra de las reglas del reino, siempre que confiamos El Señor siempre que ponemos nuestra confianza en Él podremos llegar a lo grande.

Lo grande es hacerse pequeño ¿no? las enseñanzas de San Juan Bautista vienen bien aquí: “es preciso que Él crezca y yo disminuya”.

-No se lo impidan- dice Jesús, a todo aquel que quiera hacer el bien. Si, el corazón de un niño, de los más pequeños, siempre habita la bondad, habita el bien, todo aquel que haga el bien, sirve para el reino de Dios: aunque no de nuestras propias filas, aunque no lo conozcamos, aunque, en este mundo siempre será la guerra que hay entre el bien y el mal y nosotros tenemos que tomar postura, siempre estar del lado del bien del lado de los valores, del lado del evangelio, que nos permite entonces seguir creciendo tras las huellas de Jesús.

Por eso, le pedimos en este día al Señor, que nos conceda un corazón abierto, un corazón que sepa discernir que sepa descubrir por donde pasa el bien para poder, no solamente vivir de esta manera sino también contagiados a otros, ser un buen ejemplo para aquellos que nos están observando.

Ser cristianos, ser católicos, ser joven comprometido con los valores del reino implica, de alguna manera, siempre estar dando el buen ejemplo con la coherencia de vida. Que cada vez podamos ser más pequeño, más humildes para poder entrar en el reino de señores y vivir con alegría, el evangelio que Él cada día nos ofrece.

¡Te deseo que tengas un excelente jornada!