Lunes 4 de Noviembre del 2019 – Evangelio según San Lucas 14,12-14

viernes, 1 de noviembre de
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Jesús dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.

¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”

 

Palabra de Dios


Padre Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

Dijo Jesús a los que lo habían invitado: “Cuando des una comida o una cena no llames a tus amigos ni a tus hermanos, ni a tu parientes, ni a tus vecinos ricos, no sé que ellos te inviten a su vez y tengas ya tu recompensa, cuando des un banquete , llama a los pobres, lisiados, a los cojos, a los ciegos y serás dichoso porque no pueden corresponderte, te recompensan en la resurrección de los justos”.

Cada advertencia que hace Jesús a sus seguidores a quienes lo están escuchando en ese momento, que se ve que lo habían invitado en ese momento a una fiesta, les aclara que conviene no invitar a aquella gente tan conocida, o aquella gente que nos pueda devolver “el favor”.

Sí queridos amigos de Radio María Joven, justamente el Señor nos quiere decir con este texto, que está tomado del evangelio de San Lucas, del capítulo 14 versículos 12 en adelante. Nos quiere decir el Señor, que no estemos esperando la recompensa. Que no hagamos cosas “calculando” recibir un bien mayor, es decir, el bien hay que hacerlo siempre, pero no buscando unas recompensa a cambio.

Recuerda ese texto de Mateo, en el cual el Señor nos dice, y menciona a su padre: “tu padre”, el padre de Él, el padre nuestro que ve en lo secreto, te recompensará. Se trata, de hacer entonces de hacer el bien sin esperar nada a cambio. Sin ser vistos por la mirada de los hombres, sino solamente con la mirada del Padre que está en el cielo

Por eso el texto termina diciendo que “uno” será feliz, que será dichoso, porque “no nos pueden corresponder, aquellos a quienes hacemos el favor” si no son amigos, si no son conocidos y esperaba realmente y en la caridad que estamos realizando. Esta recompensa sin duda es la resurrección la cual estamos todos llamados. Ojalá podamos vivir de esta manera, realizando obras de amor siempre enraizados en la persona de Cristo. Que tengas un excelente jornada.