Lunes 7 de Septiembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 6,6-11

viernes, 4 de septiembre de
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Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.

Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y quédate de pie delante de todos”. El se levantó y permaneció de pie.

Luego les dijo: “Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”.

Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El la extendió y su mano quedó curada.

Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

 

Palabra de Dios

Padre Gustavo Ballario sacerdote de la Diócesis de San Francisco

 

Compartimos la palabra de este día. En esta palabra encontramos un enfrentamiento entre Jesús y las autoridades religiosas de aquel tiempo, escribas y fariseos. ¿Por qué Jesús no tiene solamente encuentros sino “encontronazos” con estas autoridades? Porque Él viene a hacer la propuesta de un hombre nuevo. Él viene a hacer la propuesta del reino de Dios, que presenta un modelo humano nuevo.

En la religión judía, sabemos que, aparecen 3 elementos fundamentales:

La Ley (La Torá).
El Sábado, el cumplimiento sabático
El templo.

Jesús viene a cuestionar algunas de estas instituciones religiosas de su época.

De hecho, frente a La Torá, Él dice: “Yo no vine a eliminar, no vine a derribar La Torá, pero he venido a darle cumplimiento”. Frente al templo, lo vemos con un látigo en la mano derribando los vendedores del templo. Y frente al Sábado, Jesús tiene una absoluta libertad. Porque “el hijo del hombre es dueño del Sábado”.

Lo vemos en un versículo previo al texto que hoy hemos leído: “el hijo del hombre”. Cuando en el evangelio encontramos la expresión “el hijo del hombre” significa ni más ni menos, que el hombre. El hombre es dueño del Sábado. Por lo tanto Jesús no ha venido a defender los derechos de Dios. Dios no necesita gente que venga a defender sus derechos, sino que Jesús ha venido a defender los derechos de los hombres, entonces en el centro está el bien de los hombres.

¿Cuántas veces nosotros pudimos haber cumplido una ley, una ley fría? pero la pregunta fundamental es: ¿hemos buscado el bien de los hombres?.

Nosotros que miramos a Dios, ¿miramos también a donde Dios mira? Si nos quedamos mirando a Dios, estamos a mitad de camino. No debemos solamente “mirar a Dios” sino mirar a donde Dios mira… y ¿dónde mira Dios? ¡Mira el corazón necesitado!. Lucas es el evangelista que presenta a Jesús, a ¡Dios misericordioso!

Este Dios que es, frente a la miseria humana, actúa sanando, socorriendo, liberando. Este hombre que tiene la mano paralizada, es el símbolo de la parálisis que tiene la religión judía de la época de Jesús. Y Jesús ha venido a hacer la propuesta de un hombre nuevo.

Jesús ha venido a hacer una propuesta, en la cual el hombre, puede tener una relación con Dios absolutamente diversa. En esta relación con Dios, encontramos la presencia de Dios en los hermanos, por eso Juan va a decir: “es un mentiroso el que dice que ama a Dios a quien no ve y no ama al hermano a quién ve”.

Desde este evangelio te propongo entonces esta pregunta. ¿Vos mirás sólo a Dios o miras adonde Dios mira?

¡Hasta la próxima!