Lunes 9 de Septiembre – Evangelio según San Lucas 6,6-11

viernes, 6 de septiembre de
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Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y quédate de pie delante de todos”. El se levantó y permaneció de pie.

Luego les dijo: “Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”.

Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El la extendió y su mano quedó curada. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

Palabra de Dios

 Padre Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

Queridos amigos de Radio María Joven, nos encontramos con otra curación que realiza Jesús, una de las tantas. Lo que si la caracteriza es que, justamente el cura en día Sábado y para los judíos el día sábado estaba dedicado, no solamente y consagrado a Dios sino que, en sus prescripciones en el respeto tan profundo a La Ley que muchos de ellos vivían, no podían realizar cualquier actividad en días Sábado estaba prohibido. Y acá, Jesús les muestra algo más importante, les deja como lección que la ley no “lo es todo”, al contrario primero está el amor. El amor de Dios, es el que nos permite crecer, avanzar en nuestro seguimiento al Señor, ese amor de Dios es el que te cambia la vida y justamente el texto de hoy, del evangelio según San Lucas no propone también la pregunta: ¿por qué este hombre que es sanado, tenía la mano derecha paralizada? ¿qué en nosotros está enfermo, está paralizado, tienen la necesidad de ser curado por el Señor?

En nuestras vidas, entonces, hay mucho amor, seguramente, sí que hemos recibido de nuestro padre, de nuestros amigos, ese amor que nosotros también recibimos de Dios y que compartimos con los demás, pero puede haber aspectos, zonas de nuestra vida de existencia, quizá más íntimo, más profundos que aún no han sido tocados por la gracia de Dios y que necesitan esa sanación.

Por eso, con mucha fe le preguntamos al Señor, con humildad: ¿qué hay en nosotros que tengan que ser reparados, sanado, elevado, mejorado, por la gracia de Dios? ¿Cuánta conversión todavía no sigue haciendo falta, día a día para seguirlo más de cerca al Señor?

Esta es una obra de la gracia de Dios que Él tiene que hacer, pero que nosotros le tenemos que pedir, ¿no? Si no, el Señor no puede hacer nada. Siempre respeta nuestra libertad. Este “levántate, quédate de pie delante de todos”, también es para nosotros. Son palabras que el Señor nos dirige hoy. Seamos valientes y respondamosle con un Sí. Si te queremos seguir Señor al escuchar tu llamado. ¡Que tengas una linda jornada!