Miércoles 02 de Octubre del 2019 – Evangelio según San Mateo 18,1-5.10

martes, 1 de octubre de
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En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”. Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.

Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.”

 

Palabra de Dios

 

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

Hoy es el día de los ángeles custodios, hoy es el día de tu ángel de la guarda, hoy el día de aquella creatura que Dios creó con la misión de cuidarte y acompañarte en esta peregrinación, en este camino a la casa del Padre. Recordemos que todos tenemos un ángel custodio que tiene la tarea de ayudarnos para que nos encontremos con Dios. Así que animate a darle una mano porque no depende solamente de él. La fe nos dice que nuestro ángel de la guarda está desde el momento de nuestra concepción ayudándonos. Vos fijate que de las primeras oraciones que aprendemos cuando somos chicos es la del ángel de la guarda y, sin embargo, pasan los años y la vamos olvidando. Por eso te animo que hoy le puedas rezar y pedir auxilio, que puedas contarle lo que te pasa, lo que te preocupa. Dios piensa en vos y te cuida. El evangelio de este miércoles, Mateo 18,1-5.10, nos invita a seguir trabajando la infancia espiritual y hoy lo podemos hacer con la ayuda de los ángeles custodios. Meditemos algunos puntos:

En primer lugar, custodiar. Así como cada ángel, vos también tenés la tarea de custodiar, no es algo exclusivo de ellos. Tenemos la tarea de cuidar, de velar por la gente que Dios cruzó en nuestro camino. Es cierto, no somos ángeles, pero podemos aprender mucho de su misión. Ponete a pensar cuántas veces Dios ha puesto custodios en tu vida: tus amigos, tu familia, las personas que querés, que te aconsejan, que te iluminan día a día. Qué lindo esto, porque ellos te han cuidado y vos también tenés la tarea de responder y corresponder a ese amor. ¿Cómo se hace eso? Como lo dice el Evangelio, sin querer figurar, sin querer sobresalir, sin pensar quién es el más grande, amando en lo sencillo y en lo escondido. Preguntate si estás custodiando a las personas que caminan con vos.

En segundo lugar, viví la sencillez. Los discípulos preguntan sobre quién es el más importante, no habían entendido nada aún. Querían seguir a Jesús, pero todavía tenían preocupaciones humanas, temporales, se complicaban solos. Por eso el Señor responde poniendo a un niño como ejemplo: “Si no se hacen como niños no entrarán en el Reino de los cielos”. Por eso hacerse pequeños tiene que ver con saber confiar en Dios, con no ser caprichosos. ¿Te diste cuenta que mientras más complicados somos, más amargados nos volvemos? Claro, porque nuestra cabeza nos juega en contra, queremos tener todo controlado todo el tiempo, le buscamos problemas a las soluciones o nos maquinamos de más. Sería bueno preguntarnos hoy en qué aspectos de nuestra vida nos estamos boicoteando solos. Volvé a la simpleza de niño, confiá en Dios, pensá que cuando eras chico, eras feliz con poco. Todo es gracia, aprendé a confiar, depender y esperar porque Jesús no te va abandonar. Es difícil, pero Dios está. No dejes que se altere tu felicidad, que nada te quite la paz. Volvete simple, acercate a Dios y dejá que Él te muestre lo importante. Pedile esto a tu ángel de la guarda.

Por último, bendecí a Dios. Jesús dice “les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial”. Qué cosa linda, porque quien está delante de Dios vive admirado por lo sencillo y descubre a Dios en todo. Que hoy podamos tener capacidad de asombro para ser como niños y admirarnos del paso de nuestro Padre Dios en la vida de cada persona. Admirate por lo pequeño y por el amor de Dios. No dejes de darle gracias a Dios. ¿Tu ángel de la guarda va a alabar a Dios solo o lo vas a acompañar? Animate, porque tu misión de hoy es alabar a Dios.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.