Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
Hoy es el día de San Lorenzo, diácono y mártir, por eso la Iglesia está de fiesta y celebra el día del diácono permanente. Seguramente vos conozcas alguno en tu parroquia, la parroquia vecina ¿cómo los reconoces? En la misa, es el que tiene la estola cruzada, el que lee el evangelio, el que acompaña y ayuda al sacerdote. ¿Qué es un diácono permanente? Es un hombre que generalmente tiene una familia, esposa, hijos, tiene una vocación al matrimonio pero que le dedica buena parte de su vida, de su tiempo al servicio de la comunidad. Tiene otra vocación, una vocación en el orden sagrado, es ordenado. El se prepara por eso puede casar, puede bautizar.
Muchos de ellos ayudan en la organización de la catequesis, aompañan movimientos, llevan la comunión, bendicen casas, tienen el ministerio de la palabra. Le dan una mano impresionante a los sacerdotes, así que, si conoces alguno, saludalo y reza por él, por su familia también, porque detrás de un diácono permanente, siempre hay una familia que acompaña y que sostiene, así que a ellos les damos las gracias.
San Lorenzo, en el siglo tercero, fue uno de los 7 diáconos de la iglesia de Roma que ayudaban al Papa Sixto II, él lo nombró administrador de los bienes de la iglesia y eso, lo hizo ayudar a muchos pobres, necesitados . Murió martirizado en una parrilla, dando testimonio del amor de Jesús con alegría e incluso con humor. De él se dice que cuando estaba en la parrilla, le dijo a sus verdugos que lo dieran vuelta porque de un lado ya estaba cocido. Eso es el amor de Dios, el que te hace dar testimonio con alegría e incluso en los momentos más complicados.
Bueno, el evangelio de hoy es un pasaje especial para esta fecha, Juan 12:24 al 26. Jesús, que habla de grano de trigo que cae en tierra para morir y dar fruto.
Que bueno poder detenernos en esto de dar la vida por Dios. El grano está para dar fruto, pero para eso tiene que morir. Mira qué interesante si en este día vos te detenes en lo que significa “morir por Jesús- dar la vida por el Señor”. Por eso jesús dice: “él que tiene apego a su vida la perderá y el que no esté apegado a su vida en este mundo la conservará para la vida eterna” ¡La promesa de plenitud!
A veces estamos tan apegados a las cosas de este mundo ¿no? el dinero, el éxito, somos individualistas, egoístas. Pensamos solamente que las cosas de este mundo son las que valen y nos olvidamos de la vida verdadera, quien nos da la vida verdadera que es el Señor. Por eso acordate que quien le da el sabor de tu vida es Dios. Acordate y repetitelo: “el que le da sabor a mi vida tiene que ser Dios.”
Así que, si vas viendo que las cosas van perdiendo su gusto, quizá sea momento de corregir un poco el rumbo. Siempre en Jesús y desde allí vivir todo. Preocúpate por lo que verdaderamente vale la pena, que no te roben la paz que te da el Señor. Encontrarte con Jesús y dá la vida, anímate a dar la vida. No te vas a gastar nunca, si te das, porque Dios te planifica. Es vaciarse para llenarse. Hay muchas maneras de dar la vida, no pienses que tienes que morir físicamente.
Hay gente que le tiene miedo a la muerte, pero hay que temerle más a la muerte espiritual que a la muerte física. Dar la vida es vivir a fondo lo que te toca. Dar la vida es morir a todo aquello que no te lleva a Dios. A todo aquello que no te deje amar en serio lo que tienes al lado. Por eso pregúntate hoy ¿a que cosas, situación, actitudes, hoy tienes que morir para que la gracia de Dios de frutos en tu vida?
Recordate lo que dice San Pablo en 1ra Corintios 9,22: “me hice todo para todos con tal de salvar a algunos”. Donde yo esté, estará también mi servidor, dice Jesús. ¡Así que!, hoy tenes el propósito de hacer actos de amor concretos. De tener acto de amor concretos para poder seguirlo cada vez más al Señor y ser un buen discípulo misionero, que sea también una ayuda para tu examen de conciencia. ¿Estoy muriendo a mí mismo o estoy siendo egoísta?
Que tengas un buen día y que la bendición de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañen siempre. Amén.