Martes 10 de Septiembre del 2019 – Evangelio según San Lucas 6,12-19

lunes, 9 de septiembre de
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Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra de Dios

 Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y delegado episcopal para la Pastoral de Juventud Nacional

 

Hola querida audiencia de Radio María, este Martes 10 el texto del evangelio es precioso, nos cuenta y nos muestra a
Jesús, retirado en una montaña para orar. Dice que se pasó toda la noche en oración y al hacerse de día, llamó a todos los discípulos, que estaban ahí, y llamó. A 12 a los que iba a llamar apóstoles, los va nombrando: Simon, después va a ser Pedro, Andrés, Santiago, Juan ….y otros más.

Dice después el texto que “bajó con ellos y se detuvo en una llanura”, en esta llanura ya había gente y dice, estaban algunos discípulos y una muchedumbre que querían escucharlo y hacerse sanar. Además toda la gente quiere tocarlo porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos. Fijense, nos va mostrando particularmente casi un día entero en la vida de Jesús y esa es quizás la intención de Jesús con los discípulos y particularmente con los apóstoles. Un Jesús que ora.

Entonces, los discípulos están mirando a este Jesús que no pierde tiempo en relacionarse siempre con el Padre ¿no?. Retirado en una montaña, para orar toda la noche así lo ven los discípulos, así lo ven también estos 12 especiales que ha llamado apóstoles ¿no?. Fíjense, ese “bajó”: no nos deja allí arriba sino que, dice “vamos al encuentro con la gente,eso es lo que hago yo y eso es lo que diariamente, estoy haciendo por ustedes: El anuncio del reino, el encontrarme con la gente.

Es particular que diga que allí había también otros discípulos,  ¿que estarían haciendo esto con la muchedumbre? Y seguramente hablando de Jesús, ¿no? los discípulos son aquellos que hablan de Jesús, que siguen a Jesús que quieren ser como Jesús. La gracia de ser discípulo es ser para Jesús.

Se detiene entonces y la gente quiere escucharlo y hacerse sanar. El Señor que les habla, el Señor que se deja tocar para que todos reciban la bondad, la misericordia, el amor y la sanación de Dios.

Que lindo que hoy nosotros, a la luz de este evangelio nos detengamos a mirar a Jesús, a este Jesús que en nuestras vidas también siempre ora, ¡siempre ora!. ¿Cuánto oramos nosotros mirándolo a Él como discípulos? Este Jesús, que va siempre, “baja”, a la muchedumbre, a encontrarse con ellos para que lo escuchen, para hacerse sanar.

¿Cómo hablamos de Jesús? ¿Cuánto decimos de Jesús? ¿Cuánto estamos con la muchedumbre, con nuestro pueblo, con nuestra gente, para que hablando con Él, también sean sanados? Para que hablando con ellos, también la misericordia de Dios les llegue en los abrazos, en la sonrisas, en la Palabra, que podemos entregarles. Que lindo, ¡que hoy renovemos nuestra gracia de ser discípulos, que es ser para Jesús y entonces actuar como Jesús siempre!.