María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcroy vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”. María respondió: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Jesús le dijo: “¡María!”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “¡Raboní!”, es decir “¡Maestro!”.Jesús le dijo: “No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'”. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.
Seguimos celebrando la alegría de la pascua esta fiesta que se extiende por ocho días en la iglesia en donde cada día los evangelios nos van presentando testimonios del resucitado. Nos van presentando testimonios del resucitado, nos van presentado la transformación que obra el resucitado cuando se encuentra con sus discípulos; hoy el Evangelio de Juan nos presenta a María Magdalena que pasa del desconcierto y del llanto al anuncio; Jesús que le pregunta porque lloran y María Magdalena que no entiende donde pusieron a Jesús y en el encuentro con el Señor se convierte en misionera,, en pregonera en anunciadora de la vida resucitada de Jesús.
Esa es la Obra de Jesús en nuestros corazón, del Señor resucitado que nos hace pasar del llanto, del desconcierto y del encierro al anuncio y a la valentía de llevar a Jesús resucitado, instaurando el Reino en el Mundo.
Que tengas un hermoso día.