Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!”. Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
El evangelio de hoy, ya comenzando el tiempo de feria, hemos celebrado el bautismo del Señor y durante toda la semana es la acción misional de Jesús. El comienzo de la misión. Jesús que sale a anunciar, que el Reino de Dios ya está presente entre nosotros y empieza a llamar, a invitar. Entonces a través de determinados signos y milagros va haciendo presente que ya, entre nosotros camina, el “Dios con nosotros”, JESÙS.
Este Martes, según el evangelio de Marcos, entra en una sinagoga, Jesús, la de Cafarnaúm, y comienza a enseñar. “Todos los miraron con autoridad, pero de pronto, había un hombre poseído de un espíritu impuro y entonces comienza a gritar: ¿qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno, ha venido para acabar con nosotros, ya sé quién eres, el santo de Dios” ¿no?. Jesús viene a acabar con el mal, de hecho va a sanar, va a curar a este hombre endemoniado, le va a hacer una sanación. Le va a hacer, escapar, salir este espíritu impuro que hay en él.
Yo pensaba en nosotros, que sabemos que Jesús ha venido para darnos vida, no para acabar con nosotros sino para que, todo comience en nosotros:una vida mejor.
El reino de Dios presente en nuestro corazón, su presencia entre nosotros, el encuentro entre nosotros mismos.
Qué lindo que hoy, nosotros también nos hagamos esta pregunta: ¿Que quieres de nosotros, Jesús Nazareno? Animense, yo tambien me lo voy a hacer: ¿Que quieres de nosotros? ¡Nosotros sabemos! Sabemos que es el santo de Dios. Nosotros sabemos, después que hemos vivido todo este tiempo de navidad, que estamos comenzando el tiempo este, del espíritu, el tiempo de la misión, el tiempo de feria, llamamos nosotros en la liturgia.
Nosotros que sabemos que es el santo de Dios, y que nos sabemos “buenamente”, porque no preguntarnos: ¿qué quieres de nosotros Jesús de Nazaret?
¡Un abrazo y bendiciones para todos!
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