Martes 12 de Julio de 2022 – Evangelio san Mateo 11, 20-24

martes, 5 de julio de
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Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú.»

Palabra del Señor

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

 

 

El evangelio de hoy es un llamado de atención. ¡Si, claro! un llamado de atención para ver si nuestro corazón está escuchando la palabra y la está poniendo en práctica, si caminamos o no a la luz de la fe, si estamos o no con el Señor.

Vos fíjate que generalmente estamos acostumbrados a ver un Jesús qué habla con palabras de misericordia, de ternura, de ánimo, porque el Señor les está hablando a todos aquellos que recibieron signos y anuncios del reino pero decidieron no creer. Cualquier similitud con la realidad, pura coincidencia.

Bueno, hay que saber entender las palabras de Jesús, no agarrarlas en frío y sobre todo el gran desafío es llevarlas a nuestras vidas. No hacernos los desentendidos.

Hoy Jesús te quiere “desinstalar”, para que revises tu camino de fe y no te estanques. Corozaín y Betsaida, “somos nosotros”, es nuestro corazón, por eso pensemos ¿cómo andamos? Te dejo algunos ejemplos que a lo mejor te pueden ayudar en tu examen de conciencia, en tu oración de hoy.

En primer lugar: el corazón indiferente. Es aquel a quien nada le convence, aquél que ni busca ni quiere encontrar. Dios se muestra así, aparece en su vida pero éste no termina de captar nada. El indiferente es el que vive en su mundo, su burbuja, mirando su propio ombligo. Pensando “que lo que pasa siempre es lo más importante”, es el que “va pasando por la vida”, por eso se preocupa solamente por los suyo, no agradece a Dios, no ayuda al hermano, siempre se queja de todo. En definitiva “ve sin mirar”. El indiferente es egoísta y no se apoya en la fe y por eso, se va quedando sola

En segundo lugar: el corazón relativista. Es aquel a quien todo le viene bien, para el que todo está bien, “que todo vale”. Es aquel que dice que cree en Dios, pero en un dios armado “a su medida”, un dios que todo lo deja pasar, es el que se ha olvidado del Dios persona, el que sale a su encuentro, es el que se ha armado una caricatura de Dios. El que dice que “cree en Dios” pero viven como si Él no existiera, es el que se justifica todo el tiempo, nunca lo que hace está mal siempre la culpa es del otro y vive señalando y culpando al otro, ¿por qué? porque no se toma en serio su vida.
No se apoya la fe y por eso se va quedando sólo.

Por último el corazón rigorista. Es el que también dice que cree en Dios. Cree en un dios castigador, un dios que está mirando todo el tiempo para condenarlo ante el primer error para mandar al infierno, para señalarlo. Se olvidó de la misericordia porque nunca la experimentó en serio. Es el que no se perdona nada, el auto exigente, e que se llena de culpa, el que se llena de ansiedad, el que quiere tener todo controlado todo el tiempo, pero tampoco puede perdonar a los demás. Es el que quiere entender y controlar todo, es el auto exigente, el profesionista, el que no tiene paciencia. Esta persona también se va quedando sola, porque no se apoya en la fe. Por eso fíjate en la palabra de hoy y lo que dice Jesús como Él, se lamenta, se lamenta en serio, por lo cerrado del corazón de esta gente

Imagínate el dolor y la tristeza de Jesús por el rechazo, pensá en las veces que alguien ha querido rechazarte.
Alguien que vos tenias en alta estima, en afecto, que amabas y que te rechazó y ponerte en el lugar de Jesús, fíjate en tu corazón si hay dureza y pedile al Señor que te lo transforme.

Toca tu corazón y fíjate si es de carne o si está petrificado. Acércate a la reconciliación, déjate amar por Dios.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que acompañe siempre

Amén.