Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor, en esta primer semana del tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión, tiempo para volver la mirada fuertemente al Señor. Es un tiempo de preparación para llegar a la Pascua de resurrección pero necesitamos antes hacer este camino.
Hoy la liturgia nos presenta este evangelio en donde aparece Jesús y sus discípulos. Jesús, le da recomendaciones a los discípulos y le dice: Cuando oren, no hablen mucho como hacen los paganos, ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, nuestro Padre que está en el cielo, sabe bien lo que le hace falta antes de que se lo pidan y después Jesús comienza a enseñarles a sus discípulos.
Les enseñanza que, el Padre Nuestro, que tiene esa particularidad es la oración por excelencia que nos une al Señor.
Nos permite reconocer la autoridad de Dios pero, una autoridad de un padre misericordioso no es un padre particular de cada uno, sino de todos por eso padre nuestro.
Podríamos decir alguna reflexión con respecto a estas palabras:
Padre nuestro que estás en el cielo si es real en la tierra y en cada lugar donde se invoca el nombre de Dios está presente,
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, sólo uno Dios es el santificado porque él es el santo por excelencia.
Que venga a nosotros tu reino, el reino de justicia, de paz, reino de verdad, el reino de la solidaridad, el reino del amor.
Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo, sí Señor queremos hacer tu voluntad cada día. Cada día que comienza a pesar de nuestro límite de nuestras miserias pero también con los dones que nos has dado, queremos hacer Señor tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, no sólo el pan material sino, el pan espiritual ese pan que sacia todo tu hambre.
Perdona nuestras ofensas Señor, sí porque somos pecadores pero, buscamos el camino de la santidad camino que los conduce a la felicidad. También queremos perdonar las ofensas a nuestros hermanos.
Y no nos dejes caer Señor en la tentación sabemos que siempre somos tentados pero, tenemos el auxilio y la gracia de tu amor.
Tu misión es que esta Palabra sea para nosotros motivo de esperanza y esta palabra nos permita cada día acercarnos profundamente al amor de Dios Y qué Vamos siempre reconocer que Dios es nuestro padre muy querido.
Que tengan una bendecida semana.
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