Martes 12 de Mayo del 2020 – Evangelio según San Juan 14,27-31a

lunes, 11 de mayo de
image_pdfimage_print

Jesús dijo a sus discípulos: «Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman !
Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.

Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»

 

 

Palabra de Dios

 

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud Argentina

 

¡Hola querida audiencia Radio María y queridos jóvenes! El texto del evangelio de hoy, es de Juan en el capítulo 14. Desde este Domingo pasado, vamos a estar como acercándonos, escuchando la palabra de Jesús durante la última cena. Ya hemos contemplado hasta la semana anterior distintas manifestaciones y apariciones de Jesús resucitado. Ahora la liturgia nos mete en aquellas palabras de Jesús dichas en la última cena que, de alguna manera, ya van anticipando, esa presencia nueva de Jesús entre nosotros.

Particularmente, en el texto de hoy, yo me detendría para que recemos, pensemos y reflexionemos en algunas  palabras, que dice Jesús.  Cortito, ustedes le agregan mucho más, desde el corazón, cuando se pongan en contacto con la Palabra.

“Jesús dijo a sus discípulos”. ¡A sus discípulos! ¿no? Hoy nos lo dice a nosotros, porque nosotros somos esos discípulos de Jesús en esta actualidad y realidad que vivimos.

 “Les dejo mi paz, pero no como da el mundo”. ¡La paz de Jesús! Esa paz integra, esa paz total, esa paz de corazón a corazón, de Dios a hombre, del hombre Dios Jesús a cada uno de nosotros. Es la paz de hermano ¿no?.

“Me voy y volveré a ustedes”. Esto dice en la última cena, pero fíjense, nosotros ya lo vivimos a esto, ya sabemos que el Señor se fue, que murió en la cruz, que lo depositaron en un sepulcro pero que resucitó ¿no? y que volvió a los discípulos de aquel momento a los que les decía “me voy pero volveré”.  Y volvió y vuelve permanentemente a nosotros resucitado, vivo y presente. Esto es maravilloso, disfrutar de eso.

Y terminando, dice: “no hablaré mucho más con ustedes” y “es necesario que el mundo sepa que Yo amo al Padre y hago lo que El me ha ordenado. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, crean”.  Ahí entramos directamente nosotros, para que cuando se cumpla “crea”. ¡Está cumplido! Lo que el Señor nos prometió está cumplido.  Nos iba a enviar al Espíritu y nos lo envió, está cumplido que iba a resucitar, ya resucitó.

Entonces revisarnos este día Martes, a la luz de esta Palabra, revisarnos como está mi fe y cuando miro cómo está mi fe, cómo creo, también revisar mi confianza en la palabra de Jesús, esta palabra que me llena de esperanza. ¿Soy hoy un signo de esperanza entre todos los demás?

Y no dejemos de revisar cómo está nuestra amistad con Jesús. Seguramente descubrimos que esa amistad, desde Él hacia nosotros está “intacta”. Revisemos como está la nuestra con Él. ¡Un abrazo!