Martes 13 de Septiembre de 2022 – Evangelio según San Lucas 7,11-17

lunes, 12 de septiembre de
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Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, yo te lo ordeno, levántate”. El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”. El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

 

 

Palabra de Dios

P. Matías Burgui | sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

 

El Evangelio que compartimos en este día martes nos muestra cómo Jesús va a la ciudad de Naím con sus discípulos y la multitud. Allí se encuentra con un cortejo fúnebre, una mujer viuda que llevaba a enterrar a su único hijo. Compartamos algunas ideas:

En primer lugar, dejate consolar. Ponete a pensar en el dolor tan grande que habrá visto Jesús, el ambiente triste, el cambio de planes de un momento a otro. El dolor que nos relata la Palabra siempre es algo que se nos hace cercano, tal vez un sufrimiento que se asemeje un poco al que estás pasando en esos momentos. Esas situaciones que te mueven la estantería, que te ponen en crisis, donde parece que el mundo se termina. Dolor grande el de esta mujer que al que se le ha muerto su único hijo. A veces a vos y a mí algunas circunstancias nos hacen pensar que ya está, que todo está acabado, que nada tiene más sentido, que no vale la pena seguir. Ahí es donde aparece especialmente el Señor, cuando más lo necesitás. Dice el Evangelio que Jesús se conmueve. Fijate qué lindo y qué necesario se nos hace imaginar cómo el Señor, verdadero Dios y verdadero hombre, se conmueve. Él se acerca a esta mujer, la mira a los ojos y con una voz suave la consuela, la sostiene. Me gusta pensar en esta cercanía de Jesús, que llega cuando más lo necesitás, se acerca a tu sufrimiento y te consuela. Yo no sé sé cuál será tu dolor hoy, cuál será tu cruz en este día, qué será eso que te está pasando, pero me animo a decirte que Jesús te quiere consolar. El Señor te quiere sostener así como con esta mujer. ¿Te vas a dejar sostener por Dios y por las personas que tenes a tu lado?

En segundo lugar, Dios da vida. Nos cuenta el pasaje de hoy que Jesús tocó el féretro. Qué fuerte y concreta esta imagen. La procesión fúnebre se detuvo y Jesús tocó esa muerte sin temor. A ese joven que estaba muerto le dijo con poder y con autoridad: “joven yo te lo ordeno, levántate”. Es la voz de Jesús, esa que nos dice hoy también a vos me dice a mí: “levantate, no te quedes caído, no quedes muerto, ¡levantate!”. ¿Qué aspectos de tu vida te hacen pensar que estás muerto hoy?Ponele nombre a aquello que creés que no tiene solución y entregáselo a Jesús. Cristo vive y te quiere vivo. ¿Qué cosas en vos tienen que ser resucitadas? Date a vos mismo la posibilidad de vivir, de ser resucitado por Jesús. El señor puede dar vida a aquello que es muerte, a lo que te paraliza y que no te deja expresarte, a lo que te hace llorar o sufrir.

Por último, sé instrumento de resurrección. Cuánto tenemos que seguir aprendiendo de este Jesús que, ante tantos dolores, sufrimientos, muertes, se conmueve y acompaña. Dios quiera que también nosotros podamos vivir al modo de Jesús, salir de la indiferencia y llevar vida donde hay muerte. Qué lindo poder pedirle al Señor que siempre podamos levantarnos con su ayuda y, creyendo que Él nos da la vida en abundancia, acompañar el camino de nuestros hermanos que más sufren.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.