Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”.
¡Hola querida audiencia de Radio María!
El evangelio de Mateo de este Martes es duro. Es duro porque, bueno Jesús le está hablando a aquellas ciudades donde no ha sido reconocido el paso de Dios . Y dice que otras ciudades “más duras” que ellas, si allí se hubieran realizado esos milagros, se hubieran convertido, ¿no?.
¡Es muy duro lo que hice! Nos hace pensar también en nosotros y más allá de ver “la dureza” del texto que tiene, lo que nos propone la liturgia en este Martes, mirarnos y preguntarnos: ¿Cuántos milagros se han hecho en mi vida? ¿Cuántos reconozco? ¿Cuánto agradezco?
No dejar de ver que las palabras de Jesús están dichas para que yo me vea en el corazón y vea aquella obra que el Señor ha hecho, su paso por mi vida, sus milagros, su obrar y las delicadezas que ha tenido conmigo. Qué lindo descubrir, este martes eso ¿no?.
Y mirar que en realidad Jesús habla, duramente, pero con toda la ternura y dulzura para que yo reconozca su presencia en mi, su obrar, sus milagros, sus dones que vienen a mí. Entonces no dejar de reconocer lo que Dios ha hecho en mí, lo que Jesús valorando cada día y también agradecer.
Eso les propongo para el día de hoy: RECONOCER y descubrir ¡cuánto obrar de Dios en mi vida! Y una vez lo tenga ahí, clarito, sea pequeño, sea grande, sea mucho, sea poco, seguramente Dios ha hecho un obra en mi vida y seguramente a lo mejor que en este momento lo está haciendo, reconocerlo ¿no? y no dejar de agradecerlo. ¡Que Dios los bendiga mucho!
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