Martes 14 de Mayo del 2019 – Evangelio según San Juan 15,9-17

lunes, 13 de mayo de
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Jesús dijo a sus discípulos:  «Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.»

Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»

 

Palabra del Señor

 


P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

En este día el evangelio nos relata está escena bíblica donde Jesús se pasea en el pórtico de Salomón, en el templo, en el día de la fiesta de dedicación del templo.

Los judíos rodean a Jesús y le preguntan: ¿Eres tú el mesías? dínoslo abiertamente. Y Jesús le dijo: Se los he dicho y ustedes no creen, las obras que realizó en el nombre de mi padre, ellas dan testimonio de mí, pero ustedes no son de mis ovejas, mis ovejas escuchan mi voz, ellas me siguen y yo les doy vida eterna.

¡Que palabras tan sabias de Jesús para cada uno de nosotros, palabras profundas que nos describen realmente quién es el Señor!. Hemos celebrado estos días, la jornada del buen pastor en donde la Iglesia nos pide que recemos por las vocaciones, si bien es el día central de oración por las vocaciones, pero cada día tenemos la oportunidad para rezar.

Sabiendo que el supremo pastor Jesús es aquel que nos habla al corazón, a quien nosotros debemos responderle con nuestra propia vida y sobre todo aquí que nos da la vida eterna. Muchos judíos no creyeron en la palabra de Jesús, ni en los testimonio, ni en los signos.

También si nosotros lo traemos a la realidad, quizás cuando atravesamos momentos de pruebas y desafíos que nos cuesta creer, nos cuesta reconocer en Jesús la presencia de Dios, sin embargo, como buen pastor que es el Señor, sigue hablando. Nosotros sí tenemos el oído atento podremos escucharlo y podremos seguirlo.

Pidamos al Señor en este tiempo que estamos viviendo, tiempo pascual, preparándonos para la venida de Pentecostés, que podamos vivir con esperanza, con alegría, pero sobre todo con la confianza puesta en el Señor.

” Tener fe, es creer en la presencia del Señor”.