Jesús dijo entonces a sus discípulos: “Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”.
Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?”.
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible”.
Pedro, tomando la palabra, dijo: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?”.
Jesús les respondió: “Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.
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Esta semana, que es la 20 de la liturgia y este Martes según el evangelio de Mateo, Jesús le dijo a sus discípulos: “les aseguro que difícilmente un rico entrará al reino de los cielos, lo repito: “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos”. Y entonces dice, que los discípulos, sorprendidos, ante esto, dijeron: “¿entonces quién podrá salvarse?” Jesús, fijando su mirada en ellos les dijo: “para los hombres, esto es imposible, pero para Dios todo es posible”.
Que lindo quedarnos en esto, ¿no? Sin dejar de tener cuenta lo que dice Jesús que “es difícil que un rico entre en el reino de los cielos”. Porque podemos ser ricos por muchas cosas ¿no? Pero fíjense, dice: “para los hombres, esto es imposible, pero para Dios, todo es posible”.
Y se me ocurría, que este martes, podríamos pensar nosotros, ¿pensamos y rezamos nuestra salvación? Hoy vivimos simplemente, como ricos y ¡nada más!. Acordándonos solamente de aquellas cosas que tenemos para pedir o de lo inmediato. ¿Pensamos en nuestra salvación? Siempre estamos pensando en lo mediato y ¿la salvación? ¿Sabemos que solamente Dios es el que puede salvarnos?.
Te propongo que hoy, recemos esto: ¿tengo en cuenta, durante mi vida, en mi diario quehacer, en mis oraciones, la salvación? Porque en definitiva, eso es lo que vamos a vivir eternamente con el Señor. ¿Tengo en cuenta y pienso en mi vida, en mi salvación?
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