Martes 18 de Octubre de 2022 – Evangelio según San Lucas 10,1-9

lunes, 17 de octubre de
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El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.”

 

 

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Diócesis de Bahía Blanca

 

 

Apóstol, en griego significa enviado. Que lindo saber que el Señor confía en nosotros para ser justamente eso: “enviados, mensajeros” Creo que lo que vos y yo tenemos que recordar hoy, es que somos enviados por Jesús. Dios quiere necesitar de vos, de tu testimonio, de tu compromiso ahí donde estés. Lo decimos siempre, sea cual sea tu estado, sea cual sea tu hoy, hay que anunciar dónde estás.

Vos mismo, así, con tus carismas, con tus acciones, con tus talentos, con tus falencias también, con lo que sabes hacer y con lo que no. ¡Todo lo que sos, hay que ponerlo al servicio del anuncio del evangelio!

Hoy es el día de San Lucas el evangelista, este gran Santo que nos regaló el evangelio que lleva su nombre y también la primera parte de la historia de la iglesia primitiva, los “hechos de los apóstoles”. Hoy a él, le pedimos que nos ilumine con su palabra, para comprenderla y anunciarla, anunciar una verdad de fe que se va haciendo carne en nuestras vidas.

Muchas veces pensamos que Dios no nos tiene en cuenta pero hay que creer en la presencia viva y activa de Dios, y eso se llama gracia, por eso el evangelio de este día nos habla del envío misionero de Jesús.

Te invito a meditar algunos puntos:

En primer lugar: mirarse desde Dios

El Señor dice: “la cosecha es abundante pero los trabajadores son pocos”, se vuelve a hacer actual ésta palabra. Muchas veces subrayamos lo malo, somos negativos, pesimistas, incluso cuando nos miramos a nosotros mismos, cuando en realidad el mal se alimenta de nuestros miedos. ¿Te lo repito? El mal se alimenta de tus miedos. Jesús no hace esto, ¡todo lo contrario! subraya lo que podemos hacer, nuestras capacidades, hay un desafío pero no un impedimento, hay una tarea difícil por delante, pero no una parálisis.

Vos también, señalá tu compromiso, animate y sembrá porque Dios no te deja solo, vas a poder. ¡Que no te paralice la tarea que tenés para adelante! Que nadie te menosprecie por ser joven, porque seas pequeño, limitado. Al contrario, que sea Dios actuando en tu corazón y que todo lo que haces, sea un testimonio vivo para los demás.

En segundo lugar: da de lo que recibiste

Jesús dice: “vayan”. Hay un empuje. Dios te empuja, Dios te manda, nos manda como ovejas en medio de lobos. Y si es cierto, no va a ser fácil, pero esto te tiene que invitar a confiar en serio en lo más importante, en la gracia de Dios, tranquilamente Dios podría haber llegado a cada uno de nosotros, solo, por su cuenta, por sí mismo. Pero no es el estilo de Dios, es el estilo de la encarnación, siempre hay mediaciones.

Es cierto, muchas veces no son perfectas, lo bueno es que Dios, no nos elige por nuestras capacidades, sino porque nos ama. Dios no te elige porque seas muy capaz, sino porque te ama, El te amó primero, cada uno desde su singularidad está convocado por el Señor. No confíes tanto en cosas accesorias, en lo de este mundo.Confía en la oración, en el perdón, en el compromiso concreto, en lo que podes hacer de bueno. Fíjate y conocete a vos mismo, y en los dones que Dios te dio. Ponete al servicio. Quizás sepas usar bien una computadora, tal vez sos bueno para cantar, para tocar la guitarra, a lo mejor sos bueno escuchando o dando consejos. Tene paciencia, lo que sea. Dios lo usa para que llegue la nueva noticia a los demás.

Acordate que cuando pones al servicio un carisma se transforma en una gracia especial, y Dios no deja de sorprenderte. Entonces pregúntate hoy ¿que estás haciendo de concreto por la evangelización?

En tercer y último lugar: acordate de la promesa, el premio lo dice Jesús, es la vida eterna, el premio es la plenitud desde acá, saber que trabajas para Cristo.

Que trabajas para el reino y que ese reino comienza acá, aunque no te lo agradezcan, porque uno humanamente espera el agradecimiento o que valoren el sacrificio que uno hace pero, hay que mirar siempre mas allá. Por eso, si vos te cansas, mirá cuál es tu motivación, revisá tu motivación y acordate que está Jesús ahí.

Así que, el premio es tener la certeza de saber que todo lo haces para la gloria de Dios, como lo hizo San Lucas. Esta llamada también es para vos hoy. Así que anímate a preparar el camino del Señor ahí donde este. Testimonia que el reino de Doos está cerca. ¿Como lo vas a hacer? bueno, es un desafío que te dejo para este día.

Que tengas un buen día y que la bendición de DIos, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañen siempre.

Amén.