Martes 19 de Mayo del 2020 – Evangelio según San Juan 16,5-11

lunes, 18 de mayo de
image_pdfimage_print

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’. Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.

Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré. Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
El pecado está en no haber creído en mí.
La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.
Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.”

 

Palabra de Dios

 

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud

 

¡Hola audiencia de Radio María! ¡Queridos jóvenes! Que lindo volver a hacerme presente entre ustedes y de alguna manera, ustedes se hacen presente en mi corazón también, ése es el misterio que nosotros, los cristianos, más allá de cómo nos comunicarnos, si nos comunicamos (eh):

¡Nos reunimos!
¡Nos encontramos!
¡Que lindo! esto es: el Espìritu en nosotros. ¿no?

Y casualmente, fíjense, esta semana, ya desde el Domingo, preparando Pentecostés, la liturgia nos va regalando estos discursos de Jesús y seleccionados ya, aquellos que de alguna manera va, “diciéndole” Jesús a los apóstoles:

Que va a volver
y que enviará al Espíritu Santo.

Nosotros ya gozamos, ya disfrutamos de eso

El Espíritu ya se hizo presente en Pentecostés, en la iglesia y nos anima y nos conduce ¿no?

Esa promesa, es una promesa actual, activa permanentemente.

¡Jesús está enviando su espíritu sobre nosotros!

Y a eso apuntan todas las lecturas de estos días! este mismo Martes, “también” ¿no?

“Les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paraclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se los enviaré” ¡Y nosotros ya somos depositario de esa promesa!. ¡Somos herederos de esa promesa! ¡Ya el Espíritu HA VENIDO sobre su Iglesia! ¡El Espíritu está sobre nosotros!.

Que lindo, les dejo como tarea pensar estos días en todo lo que voy viviendo:

¿Soy consciente de la presencia del Espíritu en mí ?

¿Soy consciente de la presencia del Espíritu en mi vida ?

¿Soy consciente de la presencia del Espíritu en mi historia? ¿no?

Después, si queremos podemos preguntarnos: ¿Vivo coherentemente sabiendo y reconociendo la presencia del Espíritu en mí?

Pero nos preguntemos primero: ¿soy conciente o vivo la vida como si el Espíritu no acompañara: Mi existir!
¡Mi existencia!
¡Como si el Espíritu no habitara en mí!

Un abrazo a todos.

¡Que Dios los bendiga!