Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”.Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, yo te lo ordeno, levántate”.El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”.El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.
El evangelio de Lucas nos presenta hoy un gran milagro de Jesús, la Resurrección del hijo único de la viuda de Naím; un relato estremecedor pero queremos detenernos en un detalle que está al inicio del relato, Jesús que viene caminando acompañado por una muchedumbre representando simbólicamente a la cultura de la vida y por otro lado una muchedumbre acompañando a un féretro simbolizando la cultura de la muerte.
Que interesante que es pensarnos en que muchedumbre nos encontramos, en la que alienta promueve la cultura de la vida o en la que tantas veces hace aumentar este círculo de muerte y violencia de la cultura de la muerte en tantas manifestaciones y que interesante también descubrir que cuando la vida y la muerte se encuentran siempre triunfa la vida la del Reino De Dios la vida plena que nos trae Jesús.Estamos llamados a ser promotores impulsores de la cultura de la vida.
Que tengas un hermoso día.