Martes 20 de Abril del 2021 – Evangelio según San Juan 6,30-35

lunes, 19 de abril de
image_pdfimage_print

La gente dijo a Jesús: “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo”.

Jesús respondió: “Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo”.

Ellos le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”.

Jesús les respondió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.

 

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

La palabra de este día martes, de la tercera semana del tiempo pascual nos presenta a la muchedumbre que después de la multiplicación de los panes, busca a Jesús pidiéndole más milagros y el Señor aprovecha una vez más para aclararles que no lo busquen por los signos, que el Padre espera más, espera de ellos que den un salto de fe, que crean en aquel que Él ha enviado. Por eso el Evangelio de este día te invita, y a mí también a que nos detengamos, a que tomemos la palabra, a que degustemos aquello que Dios nos quiere decir para hoy.  Entonces te invito a compartir el comienzo del discurso del Pan de Vida. Algunas ideas para este día y para esta oración:

Por un lado, pedí creer. Fíjate que para creer, la muchedumbre  le pedía un signo a Jesús, un signo semejante al maná del desierto que habían comido sus padres, porque su fe se fundamenta en milagros que ellos pueden percibir. Es como decirle a Dios, “yo te voy a  creer si  vos primero me das una señal” Es como aquel que pide una señal de amor, para amar. La lógica de Dios, es diferente. El salto de fe que te pide el Señor, el paso de fe, consiste en creer primero y ver después. Esa es la lógica diferente, distinta, nueva. Primero pedirle al Señor la gracia de creer y después Él se va encargar de confirmarte en esa fe. Pedile la gracia de creer, Él se va encargar de confirmártelo. Muchas veces nosotros, ya conociendo La Palabra, incluso habiendo experimentado el Amor de Dios en nuestras vidas, solamente le pedimos signos al Señor. Como la muchedumbre, le pedimos signos, que nos solucione las cosas, que nos saque las preocupaciones, sin ni siquiera buscarlo a Él. Danos siempre de este pan. Significa eso. Se lo decimos, se lo pedimos, pero muchas veces nos cuesta creer, o manifestamos que hay cosas que no nos cierra o nos cuesta aceptar. Hoy el Señor, te pide dar un salto de fe, que dejes de buscar los milagros de Dios y que busque al Dios de los milagros. No pidas y pidas, sino mas bien reconoce lo que Dios ya te va dando. Reconoce esa presencia de Dios, porque Él es el Pan de Vida, es Él que esta con vos y es Él que no te abandona. Confía en Él y si te falta fe, pedile que te aumente la fe.

En segundo lugar: no te quedes con lo del momento. El Señor parte de una realidad bien concreta para profundizar en la relación que tenemos con Él. ¿Por qué parte de una realidad? Porque le señala una verdad a la multitud y a nosotros también. Uno come y luego tiene hambre, uno bebe y luego tiene sed. Evidentemente las cosas no duran lo que nosotros nos gustaría que duraran.

Muchas veces son momentos lindos pero que no pasan de eso. De ser momentos lindos, bonitos, eso pasa en nuestras búsquedas. No queremos estar bien un rato, nuestro corazón, nos exige plenitud, nos exige felicidad, nos exige cierta estabilidad, nos exige paz en nuestra vida, ¿hay algo que perdura? En este tiempo donde todo parece pasajero, donde incluso el amor parece pasajero, donde pareciera que las cosas duran un rato o mientras duran bien, o mientras andan bien, el Señor se te muestra como el Pan de Vida, Él es el que se entrega, un amor firme, un amor duradero, un amor pleno, incondicional, un amor que en definitiva  responde a tus búsquedas, un alimento que sacia, que sacia tu hambre, tu sed. Únicamente Dios es el que te puede plenificar, todo lo demás es pan para hoy, hambre para mañana. Entonces sería bueno que te preguntes, ¿qué estás buscando hoy? ¿Qué pide tu corazón? ¿De que Tenes hambre? No es el pan del momento, es el Pan de Vida. Buscalo a Jesús, que tus búsquedas tienen una respuesta. Se llama Jesucristo de Nazareth. ¿Qué significa entonces que Jesús sea el Pan de Vida?

Animate a contestarle al Señor, tengo hambre de esto, y lo otro, pero yo sé que me vas alimentando en esto otro. Decile al Señor de qué tenes hambre y  pedile que te aumente la fe.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.