Martes 20 de Julio de 2021 -Evangelio según San Mateo 12,46-50

miércoles, 7 de julio de
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Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte”. Jesús le respondió: “¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?”. Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

 

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

 

En este día martes, el evangelio nos propone contemplar al señor que estaba predicando y al que se le acercan a decirle, “Ahí están tu madre y tus hermanos que te buscan” entonces Jesús contesta de una manera que al principio nos puede parecer desconcertante pero que en definitiva en el fondo quiere trasmitir una enseñanza muy grande: mi madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Yo creo que esto nos puede ayudar a pensar si de verdad estamos buscando la voluntad de Dios en nuestro andar cotidiano, en nuestro día a día, porque buscar lleva a conocer y amar la voluntad del Padre. Por eso es bueno preguntarnos de verdad: ¿Qué es lo que Dios quiere? ¿Qué es lo que Dios espera de nosotros? Lo que Dios fue soñando para cada momento de mi vida, ese plan, ese deseo, que en definitiva tiene que ver con la plenitud y el anhelo de mi corazón. De eso se trata la vida cristiana también, de saber buscar con decisión y docilidad cual es la voluntad de Dios. Por eso, vos acordate que la fe, más que darte respuestas a todo, te da buenas preguntas, preguntas esenciales que el tiempo y Dios se van a encargar de ir contestando en tu vida. Vos fijate que cada vez que vas a misa, pedís esta gracia de la voluntad de Dios, cuando rezas el Padre Nuestro decís, hágase tu voluntad, pero a veces no queremos que se haga la voluntad de Dios, porque la realidad es que muchas veces seguir esa voluntad del Padre es difícil, cuesta, tiene que ver con la cruz. Muchas veces no nos gusta la voluntad de Dios y se nos ocurre que lo mejor es lo que nosotros pensamos, lo que nosotros nos imaginamos y caemos en un subjetivismo, sobre la base de que lo único que vale es lo que yo pienso. Cuantas veces pedimos al señor que se haga su voluntad, pero que su voluntad sea la que nosotros queremos y si no nos gusta, terminamos por hacernos los distraídos, miramos para otro lado, o incluso hasta nos enojamos con Dios o nos alejamos de Él. Por eso, que actitud humilde es esta que nos presenta el Señor en el evangelio: Querer lo que Dios quiera. Que lindo poder rezar con esta oración, no? Señor, que sea tu voluntad. Que se haga lo que vos quieras. Cumplir la voluntad de Dios entonces implica vivir cercanos a Jesús y de ahí viene la gran alegría del evangelio. Por eso también miramos a María como modelo. Fue ella la que dijo: “Hágase en mi según tu palabra” y de ahí vino la gran alegría, la plenitud que da seguir la voluntad del Padre. Ojala que vos también puedas vivir esto en tu vida y pedile al Señor la gracia de seguir lo que El soñó para tu vida.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.