Martes 20 de Septiembre de 2022 – Evangelio según San Lucas 8,19-21

lunes, 19 de septiembre de
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Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte”. Pero él les respondió: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.

 

Palabra de Dios

P. Matías Burgui | sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca.

 

 

 

Hoy estamos llamados a recordar que la santidad tiene que ser algo cotidiano en nuestras vidas porque, bueno, justamente esa santidad es la presencia viva de Dios en el día a día, en lo cotidiano, en lo que te toca en tu corazón. Vos y yo estamos llamados a ser santos y a vivir todo en Dios y mirarlo desde Dios. Cosa que a veces nos olvidamos, nos cuesta, pero siempre se puede volver, siempre se puede profundizar en este misterio de Dios caminando con nosotros. Todo el tiempo tenemos que ir profundizando en nuestra relación con Jesús y desde ahí en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos. Por eso el Evangelio de hoy es breve, nos muestra este episodio donde Jesús que está con la multitud, se encuentra con este llamado de su madre y de sus parientes, de sus hermanos y cómo a Jesús todo le sirve para dar una enseñanza. Vos fíjate que, lejos de rechazarlos, aprovecha a dejarles algo en claro a sus discípulos y a la multitud, y también a vos y a mí.

¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Bueno, mi madre y mis hermanos, dice Señor, son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Entonces si querés ser hermano de Jesús, si querés ser cercano a Él, bueno, ya lo sabés: cumplí la Palabra de Dios, escuchala, tratá de practicarla, llevala a tu vida. Lo primero que te muestra el Evangelio de hoy es que hay una necesidad de escuchar y para escuchar hay que callarse la boca, hay que hacer silencio. Acordate que nadie da lo que no tiene. Si no te alimentás de la Palabra te vas a convertir en un “desnutrido espiritual” y claro, por ahí podés seguir alimentándote de la reserva, pero necesitás alimentarte de la Palabra viva de Dios. Del escuchar al practicar, pero lo primero siempre va a ser un hacer silencio para descubrir qué es lo que Dios te está pidiendo. Todavía estamos en el mes de la Biblia, entusiasmate con la Palabra, abrí tu Biblia, subrayala, dedicale unos minutos por día, a orar un salmo, una carta, leé el mismo Evangelio, no le tengas miedo, dejate guiar por la Palabra. Hacéel ejercicio de preguntarte: bueno, qué dice el texto, qué me dice, qué le digo y cómo lo llevó a la práctica. Hacé de tu vida una gran oración y una acción de gracias. Acordate que hacer la voluntad de Dios implica reconocer tu llamado, lo que Dios te pide, a lo que Dios te está invitando hoy. No estás en este mundo para llenar un lugar, por eso abrí los ojos y date cuenta que la práctica viene de la escucha, la práctica viene de la escucha. Por eso te dejo un propósito: ¿te animas a dedicarle hoy quizás un poco más de tiempo, un poco más de lo habitual a la oración con la Palabra? ¿te animás vos mismo buscar tus puntitos para meditar en este día? Acordate que estos audios solamente son como una papilla, una ayuda, una orientación, pero la gran, la gran, la gran protagonista es la gracia de Dios en tu vida y en tu corazón. Por eso pedile al señor que te abra el corazón, que te muestre cuál es su voluntad, que la puedas poner en práctica.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.