Martes 21 de Enero del 2020 – Evangelio según San Marcos 2,23-28

lunes, 20 de enero de
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Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.

Entonces los fariseos le dijeron: “¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”.

El les respondió: “¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?”.

Y agregó: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado”.

 

Palabra de Dios


Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud

 

¡Hola querida audiencia de Radio María!. El evangelio de este Martes 21, en que celebramos a Santa Inés, Virgen y Mártir, es de Marcos capítulo 2, 23 al 28  y nos cuenta, acerca de un Sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados y los discípulos comienzan a arrancar y a comer espigas mientras pasan. Tienen hambre y se pone a comer. Y el sábado estaba prescrito que no se debía hacer ningún trabajo, que fuera para comer y entonces enseguida nace “la crítica”.

¿Por qué hacen en Sábado lo que no está permitido? ¿qué es más importante para esta gente,el trabajo, el hambre?. Y Jesús con toda sencillez, con toda sencillez les hace una pregunta: ¿No han leído nunca lo que David cuando el y sus compañeros se vieron obligados por el hambre y cómo entró en la casa de Dios en el tiempo del sumo sacerdote Abiatar, detalla Jesús, comió el y dio su compañero los panes de la ofrenda, mientras que esos panes solo estaban para que lo comieran los sacerdotes que vivían allí.

Esto debe haber dejado pensando a los que estaban allí ¿no? ¿Es más importante el trabajo? ¿Es más importante el hambre? Es más… ¿es más importante las reglas? ¿hasta dónde hay que cumplir las reglas?.

La primera lectura de este Martes, es la elección de David como rey. ¿no? y fíjense el profeta, Samuel va y mira todos los hijos que hay allí y entonces tiene que elegir uno. Entonces los purifica a todos antes de hacerlo (…) pero antes de sentarse a comer dijo: “no es ninguno de estos, hay alguno más”. Y ahí, el padre, Jesé le dice: “si hay uno que está cuidando las cabras” y lo manda a llamar: “no que venga ese” y a “ese” inmediatamente Dios le dice al profeta que lo unja porque ese es el rey.

Es notable, aquí también fíjense, está, están todos purificados, ¡éste que llega no!: “no hay tiempo porque hay que comer”. Entonces fíjense aquí también el profeta rompe una regla no estaba purificado para la elección y sin embargo ese es el que quiere el rey y además es el que no cumple todas las condición:

  • es un chiquillo.
  • estaba con la cabra
  • seguramente estaría todo sucio
  • y sin embargo — ese es el rey

Lo mismo está diciendo Jesús aquí, el sábado, ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado ¿no?. No debemos ser tan rigurosos con todas las reglas. El discípulo de Jesús es libre, ¡es libre!. Y de aquí, de esta libertad, nace la misericordia, de esta libertad, nace la fidelidad del discípulo.

Dios mira el corazón. Dios mira qué es más importante, si tienen hambre, que corten las espigas aunque sea un trabajo ¿no? Hay muchas razones para amar pero el amor no entiende de razones también ¿no? Ama y nada más. Así es el estilo de Jesús. Así es el corazón de Jesús. Y así Jesús también mira las rejas.