Martes 23 de Febrero del 2021 – Evangelio según San Mateo 6,7-15

lunes, 22 de febrero de
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Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

 

 

Palabra de Dios

Padre Fernando Goicochea sacerdote Salesiano de Don Bosco

 

Hace poquitos días hemos comenzado este tiempo de gracia, de bendición que es el tiempo de la Cuaresma.

Una oportunidad que Dios nos da para que nosotros realmente nos convirtamos cada vez más y cada año tenemos:

Algo más de lo que creer, en lo que podemos ver, qué podemos hacer de nuestra vida. Algo más bello, ¿no?

Más útil para la sociedad, más agradable a los ojos de Dios que ve en lo secreto, decía la palabra el Miércoles de Ceniza ¿no?.

Y los caminos que se nos proponen, en este tiempo son:El Ayuno, la Oración y la limosna.

La palabra de Dios de hoy viene justamente a enseñarnos, un poquito mejor, ¡como debemos orar.!

El Señor dice, lo que no tenemos que hacer: “no digan muchas palabras como los paganos” Ellos piensan que por hablar mucho, entonces van a ser escuchados, ustedes digan así, dice el Señor y nos enseña esta oración que está incorporada dentro de la misa y que tantas veces rezamos junto, al rezar el rosario y en tantas oraciones ¿no?

Está está incorporado: el “Padre Nuestro”, son palabras tan, tan centrales para nuestra oración que San Agustín dice, que: el que reza y lo que lo que está pidiendo no está contenido dentro de esas palabras, ¡reza mal!

Tendríamos que buscar que siempre, todo lo que le digamos al Señor, de alguna manera, esté contenido dentro de estos grandes pedidos que hacemos a Dios, los primeros que tienen que ver con Él, con su gloria, con su reino, ¡hágase Tu voluntad, venga a nosotros tu reino.

Decimos de corazón, a nuestro Padre, queremos que así sea ¿no? Que su nombre sea santificado, ¿no?

Pero después, quisiera animarte a ver, que al terminar el Padre Nuestro, el Señor hace como un subrayado ¿no?

Porque dice, al final le decimos: Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, ¿verdad?

Pero, después Él dice: si ustedes perdonan a los demás, también el Padre del cielo les perdonará a ustedes.

Y si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre del cielo les perdonará a ustedes.

Entonces, está como dándole una importancia muy particular dentro de todo lo que pedimos en el Padre Nuestro, a esta actitud concreta de nuestra vida que es, perdonar las ofensas recibidas.

Porque el perdón está en el corazón de la buena noticia.

El Señor vino, no para buscar a los justo sino a los pecadores y derramó su sangre precisamente para el perdón de nuestros pecados, lo escuchamos en cada misa ¿no?

Esta en la sangre, de la alianza nueva y eterna derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados ¿no ?

Entonces es clave que en este tiempo de gracia que Dios nos da, aprendamos a rezar que nuestra oración esté contenida en lo que, en el Padre Nuestro le decimos, a nuestro Padre y que vivamos de acuerdo con esta oración tan profunda.

¡Perdonando siempre a nuestros hermanos! Porque después con la medida con que nosotros midamos vamos a ser medidos, nos dice el Señor.

Les volcaran sobre el regazo, una medida apretada, sacudida, desbordante. Bueno: ¡Animarte a vivir con un corazón generoso, grande, como si fuera el sol! ¿no?.

Esa es la comparación que pone el Señor cuando dice: Sean perfectos como es perfecto el Padre del cielo, Él hace salir su sol sobre buenos y malos,

Al revés. En realidad dice, primero, sobre malos y buenos.

Y después dice, manda la lluvia, sobre justos e injustos ¿no?. Aprendera tener un corazón perdonador, que trata a todos por igual, más allá del trato que hayan tenido con nosotros.

Que el Señor te bendiga y que nos lleve por este camino de alegría, de esperanza, de perdón y de oración. Y que recemos un poquito más en este tiempo de la Cuaresma.