Martes 23 de Julio del 2019 – Evangelio según San Mateo 12,46-50

lunes, 22 de julio de
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Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.

Alguien le dijo: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte”.

Jesús le respondió: “¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?”.

Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

 

Palabra de Dios

 


P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

En este día el evangelio de San Juan presenta este texto, esta imagen que usa Jesús para hablarnos del amor de Dios, lo que puede producir ese amor en cada uno de nosotros. En el evangelio de Juan, comienza Jesús diciendo:  “Yo soy la verdadera vid, mi Padre es el viñador. El corta o arranca los sarmientos que no dan fruto. Al que da fruto lo poda
para que dé más todavía. El que permanece en mí y yo en él da muchos frutos, porque lejos de mí nada pueden hacer” dice, Jesús.

San Juan usa claramente el verbo permanecer, que tiene que ver con una acción dinámica. Esa acción la propone y la sostiene el Espíritu Santo que nos da ese dinamismo para ser verdadero anunciadores del reino de Dios y su justicia.

¿Qué significa para nosotros permanecer en la presencia del Señor? No significa acomodarnos en un lugar, en una situación o en una instancia de nuestra vida sino, que nos invita a permanecer en movimiento asumiendo la misión que el Señor nos ha confiado.  Pero, a la vez, sabiendo que constantemente somos enviados a distintos lugares donde el Señor quiere que anunciemos su palabra. Para que esa palabra, esa semilla que sembramos pueda dar fruto abundante necesitamos estar unidos al Señor a la vid, para que sea eficaz todo lo que realicemos y como dice San Pablo “para que todo lo que hagamos sea para gloria de Dios”.

Jesús dice “todo lo que pidan a mi padre él se los concederá”. Si realmente permanecemos en presencia del Señor, no hay nada imposible para él, es por eso que lo que para nosotros es imposible, no lo es para Dios.

Pidámosle al Señor que podamos permanecer en su presencia, que aunque a veces la poda nos duela, la poda de la vida, las etapas de nuestra vida, las crisis y las situaciones que nos toca vivir nos ayuden para poder dar fruto abundante.

Pidámosle al Señor la gracia de poder permanecer en su presencia no sólo con las palabras sino con acciones concretas que nos toca llevar a cabo conforme a la voluntad de Dios. Para que Él  siga siendo ese viñador que viene a nuestra vida y a nuestra historia para hacerla más plena y más feliz. Que tengas una hermosa semana y que el Señor nos ayude a dar fruto abundancia.