No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
¡Hola chicos y chicas de Radio María! Fijense, el evangelio que nos regala la liturgia de hoy, es ¡riquísimo!.
“No den las cosas sagradas a los perros y la arrojen a los cerdos, porque la van a pisotear” -dice. ¡El cuidado del evangelio! “Todo lo que desean que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos, en esto consiste La Ley, y los profetas”… ¡Y sigue!. Pero, yo me voy a detener con ustedes en este versículo: “todo lo que desean que hagan por ustedes, háganlo por ellos.
Enseguida esto nos refiere a Jesús, fijense, ¿Jesús que quiere?¿que desea?. ¡Que estemos con Él! Entonces, todo lo que quiere es que estemos con Él. Y entonces, porque quiere estar con nosotros desea que nosotros estemos con Él ¿no?. Y porque tiene vida eterna quiere que tengamos vida eterna. Y para eso entrega su vida. ¡Qué maravilla! ¿no?
Entonces: ¡todo lo que deseen para ustedes, haganlo, por ellos, por los otros! ¿Cómo vivo yo? ¿Solo mirándome a mi?Si algo tiene de “bueno”, de “oportunidad” esto que estamos viviendo en la cuarenta, es un lema que vamos encarnando: “Me cuido para cuidarte”. Quiero mi salud y entonces la deseo para los demás, ¡la quiero para los demás !
Otra cosa, fíjense: Yo he sido anunciado, yo conozco a Jesús y amo a Jesús, entonces quiero que los demás también lo conozcan. Porque ¡el Amor que Jesús me regala, quiero que los demás también lo vivan. Y así con muchas necesidades y deseos que yo tengo. Jesús me dice: “si lo deseas para vos y lo querés para vos, querelo y desealo también para los demás”. ¡Y en eso va mi vida! ¡Esa es la vida del evangelio! ¿no?
Les propongo, para este día, que no solamente pensamos en nosotros: ¿Qué cosas deseo? ¿Qué cosas quiero? ¿Qué cosas amo? ¿no?. Y ¿cómo traslado eso a los demás? En mi familia, en los que tengo cerca. Hoy estamos viviendo, mucho en familia y estamos saliendo poco… ¿Y qué “deseo”, de eso que yo quiero vivir, para los demás? Y pongo mi vida para que los demás la vivan también. Esa es la vida del evangelio. Aquello que yo quiero, aquello que yo deseo, ¡también quiero que lo vivan profundamente los otros ¿no?. Porque es algo bueno, porque es algo lindo, porque viene de Jesús, porque está en mi vida, porque yo lo disfruto… ¡Bueno también lo quiero para los demás!.
Nos animemos a rezar esto, este día y paganos en actitudes que los demás también lo puedan vivir. ¡Un abrazo y mi bendición para todos!.
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