Martes 24 de Noviembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 21,5-11

lunes, 23 de noviembre de
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Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.

Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”.

Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.

Después les dijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.”

 

Palabra de Dios

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud Argentina

Hola querida audiencia de Radio María! ¡Chicas y chicos que están siguiendo esta transmisión !

Este Martes, el evangelio de Lucas, también después de haber celebrado a Cristo Rey nos pone en una dinámica que es escatológica. Nos sigue hablando el Señor, de “los tiempos finales”. Y acerca del tiempo,  ¿Cuánto tiempo durará?
¿Cuándo vendrás? Sin embargo, nosotros tenemos presente, las parábolas de estos días y el mismo Jesús que, el Domingo nos invitaba a vivir la caridad y ser vigilante, siempre. Siempre, siempre, siempre.

Por eso: No estar preocupados de ¿que ocurrirá? No estar preocupados, ni siquiera porque haya grandes tormentas, tanto en la humanidad como en el corazón de cada uno. No estar preocupados de si hay pestes, que hoy la nombra en el texto del evangelio o ¡hay un terremoto!. ¡Son cosas que tienen que pasar! Así nos dice el Señor.

¡Nosotros tenemos que estar vigilantes! Nosotros tenemos que estar esperando llenos de alegría y esperanza. Que más allá de los dolores y dificultades que podemos estar viviendo, que nos entristecen, por supuesto, en el corazón SIEMPRE, SIEMPRE una actitud de esperanza. ¡El Señor me dijo que va a volver! ¡No me dijo cuando! No nos dijo cuándo … ¡Y eso no es importante! Lo importante que nosotros sabemos, que el Señor: ¡Camina con nosotros!, ¡que está con nosotros! y nada nos aterra porque queremos y estamos vigilantes cada día.

Que el Señor venga cuando quiera, lo importante es que estemos dedicados a su obra, con nuestra lámpara encendida ¿no? Y como nos dice el evangelio del Domingo, atentos a las necesidades de los demás!. ¡Un abrazo, que Dios la bendiga mucho!