En aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».
¡Queridos chicas y chicos! El evangelio de Marcos nos relata este acontecimiento tan querido por nosotros y que usamos mucho en nuestras reflexiones, de quiénes son los discípulos de Jesús, aquellos que cumplen con la voluntad de Dios.
Al Señor le dicen “Ahí te estan buscando tus hermanos y tus parientes”. Si lo trasladamos al hoy de nuestras vidas, nosotros somos sus hermanos, parientes, amigos y discípulos de Jesús. Por eso necesitamos reflexionar sobre en qué medida en nuestra vida hacemos la voluntad de Jesús o no.
Me gusta ser hermanos de Jesús, cumplir su voluntad, acudir a su palabra para buscar cómo caminar la vida, qué camino seguir en Dios. Ser discipulo es cumplir la voluntad de Dios, y cuando cumplo la voluntad de Dios es cuando soy mejor discípulo.
Bueno, revisar en este día: ¿soy discípulo? ¿vivo la voluntad de Dios?.
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