Martes 26 de Febrero del 2019 – Evangelio según San Marcos 9,30-37

lunes, 25 de febrero de
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Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”.
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.

Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: “¿De qué hablaban en el camino?”.

Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.

Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”.

Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado”.

Palabra de Dios

 


Padre Raúl Gómez  sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

En este día el evangelio nos relata esta escena bíblicas donde Jesús y sus discípulos atraviesan Galilea y Jesús sigue instruyéndolos, preparándolos como el maestro, como el servidor y sobre todo mostrándoles un camino que los conduce a la misión y a la salvación; tanto de toda persona que van apareciendo en sus caminos, sus vidas, como también en las de salvación propia.

En este sentido Jesús le relata a los discípulos todo lo que va a sufrir en mano de los hombres, cómo va a ser condenado, va a morir y a resucitar. Sin embargo los discípulos no alcanzaban a comprender el mensaje de Jesús y cuando llegan a Cafarnaúm, Jesús la pregunta: ¿de qué hablaban, de qué discutían en el camino?

Porque Jesús sabía que habían estado discutiendo: discutían justamente para ver quien era el más grande, el más importante.

Jesús con la sabiduría que da el ser el maestro es que les dijo: “Quien quiera ser grande debe hacerse el último y servidor de todos”. Y trayendo a un niño lo abrazó y les dijo: “El que reciba a uno de estos pequeños a Mí me recibe y no sólo a mí, sino al que me ha enviado”.  ¿Qué significa esto para nosotros? Que debemos ser servidores siempre y de todos, no de unos pocos sino de todos. Que debemos buscar los últimos lugares así como Jesús, que siendo el rey, se hizo esclavo por amor, siendo el todopoderoso se abajó, se anonadó a sí mismo para hacerse uno semejante a nosotros, menos en el pecado.

Te propongo este día, que podamos analizar nuestra vida personal hoy a la luz de este evangelio. Realmente si somos verdaderos servidores o a veces hacemos las cosas esperando la devolución de aquellos a quien servimos. El verdadero servidor da todo sin esperar nada a cambio.

Que el señor sea luz y guía, en este día para ustedes y que los acompañan en largo de esta semana.