Pedro le dijo a Jesús: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”.Jesús respondió: “Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”.
En el Evangelio de hoy, los discípulos vuelven con la alegría de la misión realizada. Han sido enviados por Jesús para proclamar la buena noticia. Han sido testigos de la obra de Dios en las personas, y Jesús les dice que se alegren más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo.
¡Qué hermosa motivación para la misión! No nos motiva solamente la buena noticia que proclamamos, no nos motiva solamente que todos puedan conocer y amar a Jesús, sino que también nos motiva y nos mueve a la misión, el cielo prometido. Esta tierra y estos cielos nuevos en los que podremos participar del festín eterno de Dios. Misioneros para el cielo, misioneros construyendo el reino de Dios, de aquí al cielo y a la eternidad. Que tengas un hermoso día.