Martes 9 de Julio del 2019 – Evangelio según San Mateo 9,32-38

lunes, 8 de julio de
image_pdfimage_print

En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.

El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: “Jamás se vio nada igual en Israel”.

Pero los fariseos decían: “El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios”.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.”

Palabra de Dios

 


P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

Nos encontramos en torno a la palabra del Señor, en este día el evangelio nos relata esta escena bíblica, hermosa en donde María va sin demora a visitar a su prima Isabel. Hoy celebramos la fiesta de nuestra señora de Itatí es la memoria que nos proponen la Iglesia.

Que descubrimos en esta escena bíblica, podríamos descubrir muchos mensajes:

El primero es que María es la primer discípulo, es la mujer del sí, María es la que comparte la buena noticia, por eso va a visitar a su prima Isabel y se produce un gran encuentro entre estas dos grandes mujeres.

María, que es la portadora de la luz, Isabel que es la portadora del que es testigo de la luz, del precursor, de Juan bautista.

Que hermoso encuentro, siendo los mensajes que nos da el Papa Francisco, debemos vivir una cultura del encuentro, debemos salir de nosotros mismos para encontrar la riqueza que hay en nuestros, que el Señor nos va poniendo en el camino, no nos sirve quedarnos acomodados, quedarnos quietos en un lugar, sino que nuestra verdadera misión tiene que ver con, salir al encuentro, llevar la buena noticia y compartir la alegría del evangelio.

Cuando se encontraron María e Isabel, dicen los biblistas que aproximadamente, camino María dos semanas ya embarazada, que gran alegría sentía su corazón que no podía contener la y que necesitaba comunicarla. Esto para nosotros es un dato sumamente importante porque, también debemos compartir la alegría de tener al Señor en nuestro corazón. María, no se guardó nada para sí, sino que lo dio todo a su prima Isabel y a todos los que se acercaban a ella.

Isabel cuando ve entrar a María le dice: apenas estalló el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, dice Lucas. Isabel llena del Espíritu Santo exclamó: “Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?”.

Que importante es en la vida de la Iglesia el rol de la mujer reflejado en María como modelo, como meta a seguir para muchas mujeres, pero también para aquellos que queremos ser discípulos de Jesús. María nos muestra realmente el camino, porque en realidad como creyente, como cristianos debemos ser peregrinos todo el tiempo llevando la buena noticia a las periferias, a los lugares más alejados compartiendo la alegría de sabernos llamados y amados por el Señor.

Isabel desprende de este encuentro una bienaventuranza: “Feliz de tí por haber creído que se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor”. Y María proclama allí, su cántico diciendo: “Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador. Todos estamos llamados como María a hacer de nuestra vida un cántico, una pregunta que nos podemos hacer: ¿Realmente vivo mi vida con la alegría del Señor? ¿Realmente expreso con mi vida ese cántico de alabanza al Señor y a los hermanos?

Pidámosle al Señor la gracia como María, estar siempre atentos a salir a anunciar la buena noticia. Que tengan una hermosa semana y un lindo receso de invierno.