Me salvás

miércoles, 6 de enero de
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Me salvás, Señor, de pensar solo en mí
Me salvás de asfixiarme en un inmenso ‘yo’
Me salvás del egoísmo que se va calando en los huesos
hasta matarnos por dentro
Me salvás de vivir para mí
De soñar para mí
De sufrir solo por mí
De convertir el yo en epicentro de la vida
De reducir la vida a un mísero yo

Me salvás de la queja que pesa en los hombros
Me salvás de huir del dolor
Llevo en alto las cicatrices de las heridas
que tu amor sanó
Me salvás del enojo y el rencor
Me salvás de la desesperanza
Me salvás de aspirar como meta a ‘tener’
Y que no me quite el sueño ni la paz
la casa soñada, ni los miles de títulos a alcanzar,
ni los tantos países por conocer,
ni el éxito prefabricado vendido al por mayor
Me salvás de ser una eterna insatisfecha
Me salvás de correr
Me salvás del miedo a fracasar

Me descentrás y me salvás
Y descentrada veo a otros
Y festejo otras alegrías
Y sufro también con otros
Y lloro por lo que a otros también les duele
Y me siento viva
Y me deslumbra lo simple
Y me conmueve lo humano
Y descentrada te dejo ser el centro
Y todo es paz y plenitud
Todo lo abarcás, todo lo colmás

Me salvás del vacío de solo ‘amarme’ a mí misma,
de ser mi propio principio y fin
Me salvás de vivir sin sentido
me salvás y Vivo.

¿Cómo podré agradecer tanto bien recibido?

Solo puedo darme hasta gastarme,
solo puedo responder con amor a tanto Amor recibido.