Mi vida solo es vida si la entrego

lunes, 10 de agosto de

Señor Jesús, acá vengo con mi ofrenda de cada día.

A veces son solo buenos deseos,

aunque la mayoría de las veces hay intentos,

yerros y vuelta a intentarlo.

 

Aunque siento la tentación de guardarme,

pensar en vaciarme me da miedo,

y se que mi vida solo es vida si la entrego.

Aveces la entrega se hace evidente:

dolores, fracasos y también lagrimas.

Casi siempre se vuelve cotidiana, normal y escondida.

 

La entrega de sí en el amor compartido,

la ofrenda del tiempo en el trabajo y el servicio,

las inclemencias de los tiempos,

la paciencia y la espera,

las injusticias, los sacrificios y las alegrías.

 

Pero se que ahí crece también tu reino cada día.

Nada de lo que ofrecemos se pierde,

y desde tu corazón se multiplica en gracias

para tantos que ni si quiera conocemos.

 

Dame Señor más vida para repartirla,

ojos abiertos para descubrirte presente,

corazón atento y manos dispuestas para servirte.

 

Amén