Miércoles 10 de Junio del 2020 – Evangelio según San Mateo 5,17-19

miércoles, 10 de junio de
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Jesús dijo a sus discípulos: «No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.

El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»

 

Palabra de Dios

 

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

En el evangelio de hoy, Mateo 5, del 17 al 19, la palabra nos presenta a Jesús, que es muy claro y coherente entre lo que dice y hace. Ese es el llamado al que el Señor nos invita: vivir en plenitud. Él no vino para abolir Ley, sino para dar cumplimiento. Eso nos muestra algo concreto: todo lo que Jesús nos enseña es importante. Lo que para nosotros puede parecer pequeño, es como un rompecabezas que tiene que tener todas las piezas. Algunas quizás cuesta encontrarlas pero el amor, para que esté completo, tiene que tener todo lo que el Señor nos da.

Cuántas veces caemos en la frustración y nos tiramos abajo; cuántas veces pensamos que ya no podemos y empezamos a patear las cosas, perdemos las motivaciones y vamos dejando que el sentido de nuestra vida se desdibuje. Por eso, hoy es bueno poder revisar la coherencia entre lo que digo y lo que hago, tener un propósito, creer en la capacidad de uno mismo, pero sobre todas las cosas, creerle a Aquel que nos promete que todo terminará bien. Ese es Jesús, el que nos sostiene y anima. Por eso, no te cargues responsabilidades vos solo, vos sola. Hoy el Señor te quiere ayudar a que camines la vida con una mirada nueva. Acordate, el centro no sos vos, es Él. Jesús quiere llevarte a la plenitud, ¿lo vas a dejar?

La verdadera revolución que trae el Señor es dar cumplimiento a todo el mensaje del Padre. Es tan inmenso el amor que en el amor está todo. Por eso nos lleva un tiempo asimilarlo y toda la vida llevarlo a la práctica. No he venido a eliminar los mandamientos, sino a dar la plenitud. He venido para que entiendan que los “no” se entienden a la luz de los “sí”. Nadie elije la renuncia por la renuncia en sí misma. Esa es la clave de nuestra fe: primero están los “sí”. En eso consiste la plenitud, en eso consiste el amor a los hermanos y a vos mismo. Amamos porque Él nos amó primero.

El Señor nos dice que la Ley y los profetas son el camino para amar más y mejor, para la donación más que al cumplimiento, para el dejarnos amar. De nada nos sirve cumplir si no hay amor. En el amor, todo lo demás tiene sentido. Entonces tratá de no reducir tu fe al cumplimiento, buscá la plenitud en el amor, amor que cuesta, amor de cruz. Dejá que el amor te incomode para vivir entregado a lo que Dios te pide. Quizás estás sintiendo que la fe no te llena, no te plenifica, y te preguntás por qué. Bueno, puede que sea porque estás dejando afuera algo de lo que Jesús vino a traer. Pedile al Señor abrazar todo.

Muchas veces estamos como siempre iguales. Bueno, qué lindo llenarse de esperanza y pedirle a Jesús que nos transforme el corazón, que hoy sea un día distinto porque Él obra en nuestras vidas.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.