Miércoles 1º de Enero del 2020 – Evangelio según San Lucas 2,16-21

lunes, 30 de diciembre de
image_pdfimage_print

Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.

Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.

Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.

 

 

Palabra de Dios


Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

¡Muy feliz comienzo de año, muy feliz 2020! Seguimos caminando como familia grande de Radio María, la Palabra nos sigue reuniendo, la fe nos sigue invitando a compartir la vida de la mano del Señor y de nuestra madre del Cielo. Justamente, hoy, primero de enero, la celebramos a ella, a Santa María como Madre de Dios. Es el título más antiguo y creo yo más lindo con que la Iglesia ha piropeado a María, como “Mamá”. Dios, en su providencia, así lo ha querido. Esto nos llena de asombro y nos hace crecer en el amor a María y al Señor Jesús. Imaginate lo hermoso que habrá sido para María y la alegría de escuchar de parte de Jesús este título: mamá. Quizás esta fue su primera palabra en esta tierra. También para nosotros, de todo lo lindo que le podemos decir a ella, nada se compara con decirle mamá. El evangelio de hoy, Lucas 2, del 16 al 21, nos muestra a María meditando y guardándolo todo en su corazón. Te invito a que meditemos algunos puntos:

En primer lugar, viví en humildad. Vos fijate en los personajes que nos regala el evangelio de hoy. Tenemos a los pastores, que están en actitud de contemplación, son los más humildes, los que ven primero a Dios hecho hombre. Qué lindo que al comenzar este año nosotros, vos y yo, lo empecemos con humildad. No quieras llevarte todo por delante, andá de a poco. Es un tiempo de propósitos, de anhelos y de esperanzas. “Año nuevo, vida nueva” dice el dicho. Pero dejá que Dios tome la posta, hacete propósitos, sí. Pero que sean sensatos, verdaderos y realizables. Rezalos y ponelos en manos de Dios, tenés tiempo. Con humildad, descubriendo que sin el Señor, nada podés hacer, que con la ayuda de María todo se hace más llevadero. Anunciá con tu humildad, como lo hicieron los pastores, anunciá desde tu humildad para que este mundo crea y apueste a lo nuevo. Pedile al Señor la gracia de vivir este 2020 muy cerca de Él.

En segundo lugar, caminá con mamá. Hoy la Iglesia nos invita a compartir la Eucaristía recordando a María. Culmina la octava de Navidad y en este año Mariano queremos encomendarnos a su protección. La necesitamos, no queremos ser hijos huérfanos, no queremos estar sin su protección. Ella es madre y nos conoce, ella es madre y quiere acompañarnos. Por eso qué lindo si le consagramos a ella nuestro año. Que podamos vivir como María, que guardaba todo en su corazón. ¿Qué cosas tenés guardadas en tu corazón hoy? ¿Qué cosas te gustaría compartir con los demás? Dios quiera que podamos aprender a guardar en el corazón lo verdaderamente importante. Basta de la malasangre, basta del odio, de la crítica, de la falta de perdón. Dejá que Jesús entre en tu corazón y que renueve todo. La clave es caminar juntos, ayudarnos unos a otros. Que este año nos unamos más como hermanos, que no haya competencia entre nosotros, que el que piensa diferente siga siendo hermano, no es mi enemigo. Que juntos caminemos como Iglesia.

Por último, no dejes de construir la paz. Hoy celebramos también la jornada mundial de oración por la paz en el mundo. La invitación para este primero de enero, para este comienzo de año, es que dejemos nacer a Jesús en nuestro corazón, recibirlo a Él para que haya paz. Paz entre nosotros, paz como país, paz como gran familia humana, paz entre hermanos. Si dejamos que Jesús esté en el medio, nada es imposible. ¿Cómo ser constructores de la paz? Bueno, descubriendo que no podemos seguir así, que necesitamos un cambio, una conversión. Que ya no podemos quedarnos mirando nuestro propio ombligo, que hay que salir del individualismo y la indiferencia, y, como dice el Papa Francisco, salir al encuentro de nuestros hermanos en las periferias existenciales. Queremos y anhelamos la paz como camino de escucha basado en la memoria, en la solidaridad y en la fraternidad. Por eso necesitamos de Jesús, por eso necesitamos de nuestra madre del cielo. Para llevarlos a ellos y no a nosotros, para edificar en lugar de destruir, para poner amor en medio del odio, para alentar a la reconciliación y al perdón. Empezá por tu casa, por tus ambientes, con tu familia, con tus amigos, en tu trabajo, en tu estudio. Pero, sobre todas las cosas, empezá por dejar que el Señor te regale esa paz. Acordate que nadie da lo que no tiene. ¿Empezás tu año en paz? Si es así, dale gracias a Dios. Si todavía te falta, no dejes de pedirle este don.

Que tengas un buen comienzo de año, y que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.