Miércoles 20 de Mayo del 2020 – Evangelio según San Juan 16,12-15.

martes, 19 de mayo de
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: ‘Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes’.”

 

Palabra de Dios

 

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

Compartimos hoy del capítulo 16 del evangelio según san Juan, los versículos del 12 al 15. Aunque los discípulos no entienden todo, el Señor les promete el Espíritu de la verdad. Es este Espíritu el que los va hacer glorificar a Dios con sus vidas. Te dejo algunas ideas para hoy:

En primer lugar, viví una fe de procesos. El camino de la fe no es lineal. Fijate lo que la Palabra de hoy nos deja intuir: Jesús no reta a sus discípulos por no entender. Al contrario, los consuela prometiendo para ellos el Espíritu Santo. ¿Entonces qué hacer cuando no podemos entender o aceptar algunos aspectos de la verdad de la fe que el Señor nos dejó? ¿Qué hacer cuando no comprendemos lo que la Iglesia nos propone? Hay cosas de la fe que a lo mejor nos cuesta comprender, aceptar o vivir en nuestras vidas. ¿Qué hacer con ellas? Bueno, por lo pronto, no desesperarse. Tener dudas de fe no es pecado. Te lo repito: las dudas no son pecado. Ni a los discípulos con Jesús al lado se les hizo fácil, tenete paciencia. La fe es un camino, es un proceso de descubrimiento y de enamoramiento de Dios. Es un conocerlo a Él para conocerme a mí y amar más y mejor a mi hermano. Por eso el mismo Señor promete el Espíritu Santo, no es algo abstracto, es alguien que te ilumina, comprende y camina en y con vos. Si estás batallando con alguna verdad de la Iglesia, si estás batallando con algo que te cuesta hacer tuyo, pedile al Espíritu Santo que te ayude a amar. No te estanques, no te quedes quieto. Rezá, preguntá, consultá y dejá que te acompañen. Acordate que la Iglesia es madre. Hoy el Señor te invita a recordar que todo en la vida tiene su tiempo y que Dios con su Espíritu te muestra la parte del camino que necesitás conocer para decir que sí hoy.

En segundo lugar, no le tengas miedo a las crisis. Una crisis no es ni buena ni mala, es simplemente eso: una crisis. Cada crisis por la que pasás en tu vida es una oportunidad de revisar tus motivaciones, sobre qué estás construyendo. Por eso las palabras y promesas de Jesús se hacen actuales también hoy. Cuando llegan las dificultades, los cansancios, los problemas y las preguntas no te olvides que todo se pasa y que solo Dios basta. Confiá en que lo que hoy te hace llorar, con la ayuda de Dios se va a transformar en consuelo y paz. Esa es la promesa que hoy te hace el Señor: nunca estás solo, el Espíritu Santo te sostiene.

Por último, viví el testimonio. Acordate que el testimonio es compartir todo aquello que el Espíritu Santo obró en tu vida y en tu corazón. El testimonio es ponerlo en el centro a Jesús para que los demás compartan con vos tu paz y alegría. Cada testimonio que das es volver a decirle “sí” al amor de Dios. Es decir “sí” otra vez, a pesar de todo. Pedile hoy al Señor redescubrir su obra en tu vida y déjate amar. Mostrá a Jesús desde la experiencia del encuentro, no des una clase, anímate a ser vos.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.