“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre. ¿Quién de ustedes cuando su hijo le pide pan, le da una piedra?. ¿O si le pide un pez le da una serpiente?. Si ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a aquellos que se las pidan. Traten a los demás como quieren que los demás los traten. En esto consiste la ley y los profetas.”
Jesús en el Evangelio nos alienta a la insistencia confiada en nuestro Padre Dios. Que sepamos que no estamos solos porque Él es un Padre bueno que nos cuida y está pendiente de lo que necesitamos o nos hace falta para que estemos bien y seamos felices.
En el tiempo de Cuaresma tenemos la oportunidad de ahondar y afianzarnos en esta certeza: Dios es un Padre Bueno. Aprender a vivir en la confianza en Dios permanentemente, disponernos y ponernos en sus manos. Aprender a vivir con Dios. Y aprendiendo a vivir con él seguro que siempre sabremos dirigirnos a él en todo momento y no iremos a otra parte. Que se quede bien grabado en nuestros corazones las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy “ Cuanto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a aquellos que se la pidan”.
¿Cómo es tu relación con el Padre Dios? ¿Cómo es tu confianza con él? ¿Lo buscas, lo llamas, te dirigís hacia él? En el tiempo de Cuaresma donde se nos pide volver a Dios no tengamos miedo de ir hacia él en confianza. Sabiendo que Dios es un Padre bueno y que si nos dirigimos a él en confianza nos dará lo que necesitemos.
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