Miércoles 23 de Septiembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 9,1-6

martes, 22 de septiembre de
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Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno.

Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.

Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.

 

 

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

Con la Palabra de hoy comenzamos un nuevo capítulo del evangelio según san Lucas que nos viene acompañando en este tiempo durante el año; Lucas 9, del 1 al 6. Compartimos este pasaje que nos muestra a Jesús que llama a los doce Apóstoles, a los discípulos, a aquellos que lo iban a seguir más de cerca para luego tener una misión de anuncio de la Buena Noticia. El Señor invita y propone un camino a esta gente no porque sean santos, porque sean los mejores o los más preparados, nada de eso. Él encontró en ellos una disposición al seguimiento. Es muy importante descubrir esto y poder aterrizarlo en nuestras vidas porque ni a vos ni a mí Jesús nos va a llamar por nuestros propios méritos. El llamado, la vocación, la paz, la alegría, la salvación que el Señor nos quiere traer no son mérito, sino regalo. Y a los regalos se los acepta o no.

Dios no te llama porque seas desde ahora santo, bueno o porque sobresalgas en algo, sino porque te ama y espera encontrar en vos una respuesta de seguimiento. Por eso el centro del llamado y la iniciativa la tiene siempre Jesús; nosotros respondemos desde la fuerza que nos da la fe. Qué lindo poder decirle a Jesús: “acá estoy, Señor, con mi alegrías y mis tristezas, con mis virtudes y mis defectos, con lo que soy y con lo que tengo”. Así que hoy no te quedés buscando problemas a las soluciones, no esperes a que todo se acomode en tu vida para acercarte a Dios. Acercate y ponete en marcha. Vas a ver cómo de a poco Él te va a ir acomodando todo. Ocupate de las cosas de Dios y Él se va a ocupar de las tuyas. Amá lo que sos y tus circunstancias porque el Señor cree en vos.

Dice el evangelio que Jesús, junto con las recomendaciones, envió a sus discípulos a proclamar y a curar. El llamado que el Señor hoy te hace es personal, porque te nombra, pero también es misión. Una misión que te pide, que te suplica que, de una vez por todas, te animes a salir de vos mismo, de vos misma, para llevar a Dios y encontrarte también con Él en el encuentro con tu hermano. Hoy el Señor te llama para que llames a otros. Fijate qué cosa más linda el anuncio que nos hace la Palabra de hoy. Qué hermosa vocación la de saber que podemos hacer algo concreto por el otro. Así que enamorate cada vez más del Señor y convertite en una mano tendida para los demás.

Hoy te dejo este propósito concreto: fíjate con quién podés compartir vida, compartir la fe. Animate a eso: escuchá a alguien, hacé un llamado, orá por el que lo necesita y no te olvides de transmitir la alegría de un Jesús vivo y resucitado. Dios no viene a reemplazar nada, no viene a pedirnos que hagamos cosas grandes, sino que nos dejemos sostener por Él. ¿Cómo vas viviendo esto? Dejá que Jesús le dé sentido a tu vida porque tu vida es anuncio. Vos confiá en la misericordia de Dios.

Que tengas un buen día, y que la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.