Miércoles 29 de Septiembre de 2021 – Evangelio según San Juan 1,47-51

lunes, 27 de septiembre de
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Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le respondió: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees . Verás cosas más grandes todavía”. Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”

 

Palabra de Dios

Padre Sebastían García sacerdote de la congregación Sagrado Corazón de Jesús de Betharram

En el día de hoy celebramos la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. El evangelio va a hacerse eco de esto y nos regala el pasaje de Juan donde se produce el encuentro de Jesús con Natanael. Un encuentro profundo que va a cambiar para siempre la vida de Natanael, quien deja todo y se convierte en discípulo, en seguidor de Jesús.

Algunos estudiosos de la Biblia entienden que “debajo de la higuera” tiene que ver con el lugar que elegían los sabios para enseñar la ley. Quizás este Natanael puede haber sido de este grupo. Un grupo cercano a Jerusalén, el centro de todo el mundo judío. Y enseñaba la Ley y los Profetas debajo de la higuera como verdadero sabio. Sin embargo se encuentra con Jesús que le revela dónde se encontraba antes. Lo cierto que no lo tenemos que pensar como un lugar geográfico, sino más bien como una nota existencial: “debajo de la higuera” denota la vida de Natanael, su sabiduría, su enseñanza, su amor por el judaísmo, la Ley, las tradiciones y los Profetas. Por eso: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez.» No es un lugar cuanto su condición de vida.

Jesús en su Ternura y Misericordia le revela quién es verdaderamente. Le muestra su yo más íntimo y como diría San Agustín, el Espíritu se hace más íntimo que su propia intimidad. Se descubre en la soledad del alma amado por un Dios que nos conoce desde antes, desde el principio, desde siempre. El Dios que se le revela a Natanael es el Dios Plenitud de Jesús, por la fuerza del mismo Espíritu Santo. Es el Dios que sabe quiénes somos antes de que nosotros lo sepamos. Es el Dios que está siempre con nosotros en el camino de la vida. Es el Dios que hace nuevas todas las cosas.

Y lo lindo de esta fiesta que hoy celebramos: Dios siempre en el Texto Sagrado ha hablado a través de ángeles. Es decir, del griego, mensajeros, “los que anuncian”. Y estos tres Arcángeles de hoy vienen a referirnos aspectos del mismo Dios en su infinita simpleza. Rafael es rostro del Dios que sana las heridas y nos guía por el verdadero camino (Tb); Gabriel es el rostro de Dios que comunica Buenas Noticias y es aliado indispensable de la Vida en todas sus dimensiones, desde la concepción hasta su natural término (Lc. 1-2); Miguel es el rostro de Dios que derrota el mal para siempre y nos recuerda que el Bien siempre triunfa, por más oscura que parezca la batalla.

Les pedimos hoy a los Santos Arcángeles que intercedan por nosotros ante Dios, que nos regalen la gracia de sabernos conocidos, amados y sostenidos por Dios desde siempre, como Natanael, y que nos concedan lo que el nombre de cada uno de ellos significa y nos acerquen a Dios.