Miércoles 7 de Diciembre de 2022 – Evangelio según San Mateo 11,28-30

lunes, 5 de diciembre de
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Jesús tomó la palabra y dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.”

 

 

Palabra de Dios

Padre Nico Ceballos | Sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

 

El evangelio de hoy nos regala palabras de una ternura extraordinaria. Son palabras de Jesús que nos expresan el deseo de cercanía de aquel que nos ama hasta el extremo. Palabras para escuchar una y otra vez, para meditarlas y hacerlas carne en nuestra vida.

“Vengan a mí”… Es el llamado eterno de Jesús, que en otros momentos de las Escrituras aparece pronunciado como “sígueme”. Porque el llamado que Jesús hace al seguimiento, es el mismo que este “vengan a mí”… Seguir a Jesús es ir con él, es estar con él.

“Los que están afligidos y agobiados” dice el Señor. No los que se sienten perfectos por hacer todo bien, no los que son “alumnos 10” en esta escuela de la vida, no los que se saben triunfantes. Sino todos aquellos que han tropezado. Aquellos que sienten que las cosas no les están saliendo bien; aquellos que quieren bajar los brazos; aquellos que se sienten con las últimas fuerzas para seguirla peleando. Todos esos vayan a él, porque él les dará el alivio
“Carguen sobre ustedes mi yugo” nos dice el Señor. El yugo es esa herramienta de madera que se pone sobre los bueyes, caballos o animales de tiro, que sirve para compartir el peso de la carga. Es una imagen cotidiana para los vecinos de Jesús que se transforma en anuncio de evangelio. El Señor dice con esta imagen: hay alguien que está cargando el peso con vos. Hay alguien que está dispuesto a dividir las cargas para que no se te haga tan pesado.
¡Qué bien que nos hacen estas palabras de Jesús! ¡Qué bien que nos viene recordar que la fuerza de Dios está caminando a la par nuestra y nos está ayudando a tirar la carga que venimos trayendo!

El último mes del año se presenta agotador para tantos hermanos. Se acumulan los cierres de los trabajos, los actos de las escuelas e instituciones, los balances, y cuantas cosas que nos invitan a “cerrar” un tiempo.
Te quiero decir una palabra: ¡no te aflijas! Realmente hay una fuerza de Dios que te está ayudando. Pedila, buscala y usala. «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»